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Por el alto río. Nicolás Guillén. Editorial Lóguez. (Recomendado: 8-9 años)

11 Dic

porelmardelasantillas

Por el alto río,
por la bajamar,
Sapito y Sapón
se han ido a jugar.

En una barquita
de plata y cristal
ayer por la tarde
los vieron pasar.

¡Qué suave era el viento,
qué azul era el mar,
qué blancas las nubes
en lento vagar, (1)

qué alegres las islas
de rojo coral! (2)

Por el alto río,
por la bajamar,
Sapito y Sapón
se han ido a jugar.

(1) Vagar: ir sin rumbo fijo, sin saber adónde se va ni qué dirección seguir.
(2) Coral: animales submarinos de color rojo, que parecen piedras y que viven, todos juntos, en colonias.

Nicolás Guillén. Por el mar de las Antillas. Editorial Lóguez.

Se puede escuchar cómo recitan el poema aquí.

Propuestas para mediadoras y mediadores

RECURSOS

Texto
Vamos a escuchar el poema de Guillén, recitado por dos profesionales.

Son (que significa sonido, melodía, canción) para niños antillanos.

No tenemos un barco de papel tan fantástico que nos deje subirnos en él y empezar a navegar. Además, íbamos a ser mucha gente. Imagina que vienen todos esos niños antillanos, de los que habla el poeta. Una pregunta: ¿sabes dónde están Las Antillas? Porque, lógicamente, los niños de los que habla Nicolás Guillén, el poeta autor de esta poesía, tienen que ser de allí. Nicolás nació en la que es la gran isla de las Antillas: Cuba. Ahora puedes ver, en la siguiente dirección que te damos, algunos de esos lugares maravillosos que son Las Antillas.

El poeta, Nicolás Guillén, nació en 1902 y murió en 1989. ¿Sabes cuándo nacieron tus abuelos? Es algo bastante fácil de conseguir, si hablas con los mayores de tu familia y se lo preguntas. ¿Te imaginas que hubieran conocido a nuestro poeta que hemos leído hoy, a Nicolás Guillén, cuando eran jóvenes? A lo mejor leyeron algún libro escrito por él, por Guillén, que así se le conocía. Vamos a hacernos, nosotras y nosotros, unas cuantas preguntas sobre este texto. A ver si compruebas tu capacidad de detective de lectura:

Pregunta 1: ¿Cuántos animales aparecen en la poesía?

1: Aparecen tres animales.
2: Aparecen dos animales.
3: No aparece ningún animal.

Pregunta 2: Alguien vio pasar a Sapito y a Sapón. Pero ¿dónde iban?

1: Iban volando en una cometa.
2: Iban nadando, porque eran sapos.
3: Iban en una barquita de plata y cristal.

Pregunta 3: ¿De qué color era el coral de aquellas islas?

1: Eran del color de la plata.
2: Eran de color azul.
3: Eran de color rojo.

(Solución: pregunta 1: respuesta 2. Pregunta 2: respuesta 3. Pregunta 3: respuesta 3.)

Palabra magica
Hoy la palabra mágica es jugar. Sapito y Sapón eran muy buenos amigos y se divertían mucho jugando. ¿Te sucede a ti lo mismo? ¿Cuándo sueles jugar? ¿Con quién juegas? A ver si eres capaz de darnos el nombre de tres o cuatro juegos que conozcas. Y sus reglas.

JUEGO Nº1

Se llama:
Las reglas de juego son:

JUEGO Nº2

Se llama:
Las reglas de juego son:

JUEGO Nº3

Se llama:
Las reglas de juego son:

Cuentame

Sapito y Sapón son dos estupendos y divertidos animales, que aparecen en esta poesía de Nicolás Guillén. ¿Conoces a algún otro animal que aparezca en un libro que hayas leído o que conozcas? ¿Es alguno tu animal preferido? A lo mejor, no has leído todavía un libro sobre tu animal favorito. Pero puede que lo hayas visto en una película. ¿Es así? ¡Ah, no! A lo mejor lo has visto en internet y seguro que has anotado la dirección donde lo viste. ¿Podrías contestar a estas preguntas? Seguro que si lo haces sabremos mucho más sobre ti y sobre tus gustos.

Autor

Nicolás Guillén
Nació el 10 de julio de 1902 en Camagüey (Cuba). Muere el 15 de julio de 1989 en La Habana (Cuba). Estudia Primaria y a los 16 años aprende el oficio de tipógrafo, consigue trabajo en un periódico, ocupación que simultánea con los estudios de bachillerato. Empieza a escribir sus primeros versos y los publica a los 18 años. Participó intensamente en la vida cultural y política cubana. Crítico con la injusticia. Trabajó como periodista. Viajará intensamente por muchos países de Iberoamérica, Europa oriental y España. Recibió varios premios.

Nuestro observatorio

En las siguientes páginas se puede ampliar su biografía, y consultar en la página web de su Fundación.

Bibliografía

Libros de Nicolás Guillén Canal Lector.

Los sueños del sapo. Javier Villafañe. Ed. Colihue

26 Jun

suenossapo

Una tarde, un sapo dijo:
-Esta noche voy a soñar que soy árbol-. Y dando saltos, llegó a la puerta de su cueva. Era feliz; iba a ser árbol esa noche.
Todavía andaba el sol girando en la rueda del molino. Estuvo un largo rato mirando al cielo. Después bajó a la cueva; cerró los ojos y se quedó dormido.
Esa noche el sapo soñó que era árbol.
A la mañana siguiente contó su sueño. Más de cien sapos lo escuchaban.
-Anoche fui árbol –dijo-; un álamo. Tenía nidos. Tenía raíces hondas y muchos brazos como alas; pero no podía volar. Era un tronco delgado y alto que subía. Creí que caminaba, pero era el otoño llevándome las hojas. Creí que lloraba, pero era la lluvia. Siempre estaba en el mismo sitio, subiendo, con las raíces sedientas y profundas. No me gustó ser árbol.
El sapo se fue; llegó a la puerta y se quedó descansando debajo de una hoja de acelga.
Esa tarde el sapo dijo:
-Esta noche voy a soñar que soy río.
Al día siguiente contó su sueño. Más de doscientos sapos formaron rueda para oírlo.
-Fui río anoche –dijo-. A ambos lados, lejos, tenía las riberas. No podía escucharme. Iba llevando barcos. Los llevaba y los traía. Eran siempre los mismos pañuelos en el puerto. La misma prisa por partir, la misma prisa por llegar. Fue una lástima. No vi una sola sirena; siempre vi peces; nada más que peces. No me gustó ser río.
Y el sapo se fue. Volvió a la huerta y descansó entre cuatro palitos que señalaban los límites del perejil.
Esa tarde el sapo dijo:
-Esta noche voy a soñar que soy caballo.
Y al día siguiente contó su sueño. Más de trescientos sapos lo escucharon. Algunos vinieron desde muy lejos para oírlo.
-Fui caballo anoche –dijo-. Un hermoso caballo. Tenía riendas. Iba llevando un hombre que huía. Iba por un camino largo. Crucé un puente, un pantano; toda la pampa bajo el látigo. Oía latir el corazón del hombre que me castigaba. Bebí en un arroyo. Vi mis ojos de caballo en el agua. Me ataron a un poste. Después vi una estrella grande en el cielo; después el sol; después un pájaro que se posó sobre mi lomo. No me gustó ser caballo.
Otra noche soñó que era viento. Y al día siguiente, dijo:
-No me gustó ser viento.
Soñó que era luciérnaga, y dijo al día siguiente:
-No me gustó ser luciérnaga.
Después soñó que era nube y dijo:
-No me gustó ser nube.
Una mañana los sapos lo vieron muy feliz a la orilla del agua.
-¿Por qué estás tan contento? –le preguntaron.
Y el sapo respondió:
-Anoche tuve un sueño maravilloso. Soñé que era sapo.

Javier Villafañe. Los sueños del sapo.  Ed. Colihue .

RECURSOS

Propuestas para mediadoras y para mediadores.

Texto

¿Qué crees que le pasa, en realidad, al pobre sapo? Pues toda la lectura se basa en algo que no se puede ver: sus sueños. ¿Y por qué soñaba?

La respuesta es muy fácil. Tú la sabes. Porque se sentía muy feo. Y la verdad es que al sapo siempre se le ha considerado un animal feo. Imagina la diferencia con un gato, un perro, un hámster, un conejito ¡o incluso una rana! Pero un sapo… Aquí lo tienes.

Aunque no a todo el mundo le sucede eso. Hay gente que adora a todos los animales, ¡incluido el sapo! Lee si no este libro, Noche de sapos, que habla de Jon, un niño que decidió tener uno en casa (y hasta se lo permitieron).

Lo que sí es cierto, porque lo hemos oído y, a lo mejor incluso dicho, es esta frase: ¡Es más feo que un sapo!

Y el sapo lo sabía. Quería ser hermoso. Y por eso sueña, imagina, tiene ilusiones. Sueña, sobre todo, con lo que hay a su alrededor.

Y soñó que era un árbol. No un árbol cualquiera.

-¿Y fue maravilloso ser árbol en vez de sapo?

-¡Noooo! Aquí empiezan los problemas de los sueños del sapo.

Y llega su primer no. Sí, eran árboles maravillosos, pero a él no le gustaba cambiar su vida de sapo por la de árbol. “No me gustó ser árbol”
Y a su lado también había cosas extraordinarias, además del árbol. Pasaba, ni más ni menos, que un precioso río.
Soñó que era árbol, río, caballo, viento

Lo que sí conseguía el sapo era algo fantástico, que seguro que tú conoces. ¿Has ido alguna vez a una sesión de animación a la lectura? Intenta hacer memoria y, a lo mejor, recuerdas alguna en que estabas rodeada o rodeado de sapos, cientos de sapos. ¿Sería un sapo el contador de historias? Porque lo que sí lograba el sapo, quizá sin saberlo, es la magia de las historias, de los cuentos. Allí se arremolinaba todo el mundo para escucharlo.

Pero nada le gustaba. ¿Sería que el sapo era un gruñón, un inconformista, que no iba a haber en toda la faz de la Tierra algo que le gustara?

Pues sí. ¡Claro que lo había! Y por eso estaba tan contento cuando lo encontraron los amigos sapos, por la mañana, en su lugar habitual, a la orilla del agua. Cuando le preguntaron, el sapo respondió:

-Anoche tuve un sueño maravilloso. Soñé que era un sapo.

Palabra magica

La palabra mágica hoy es Yo. Sí. Hoy la palabra mágica parece la más fácil del mundo. Porque es la nuestra. La de cada una y cada uno de nosotros. Yo. ¿Hay alguna palabra que diga mejor quiénes somos? Pero ¿nos gusta cómo somos o nos gustaría, como al sapo, ser diferentes?

Sugerimos la visita a Canal Lector  donde se pueden ver biografías de personajes interesantes.

Cuentame.

Esta historia del sapo, de Javier Villafañe, nos permite también soñar, imaginar. Fíjate en algunos animales.
¿Cuál te gustaría ser? ¿Por qué?

Pero lo bueno que tiene imaginar, soñar es que podemos ir donde queramos. ¿Adónde te gustaría ir si pudieras?

Relacionar con libros de aventuras por ejemplo en la selva.

Autor

 Javier Villafañe

Nació el 24 de junio de 1909 en Buenos Aires (Argentina) y murió el 1 de abril de 1996  en Buenos Aires.
Fue poeta, escitor y  titiritero. Con su carreta La Andariega viajó por Argentina y varios países americanos realizando funciones de títeres.  Se fue a  Venezuela donde, trabajando para la Universidad de Los Andes, fundó un Taller de Títeres para formar artistas de esa disciplina. En 1978, con el auspicio del gobierno venezolano, repitió su experiencia trashumante en el Viejo Continente.  Recorrió España con un teatro ambulante y volvió en 1984 a su país, Argentina.

Nuestro observatorio

En las siguientes páginas se puede ampliar la biografía y consultar diferente material de documentación sobre Villafañe.

Bibliografía

Muchos de sus libros se pueden ver en Imaginaria.