Nieve es una palabra leve, que se escribe con v y hay que dejarla caer, despacio, a que no haga ruido al posarse en el suelo.
Leyendo nieve, recién cogida del cesto, Pedro se acordó de la última nevada de aquel invierno.
Nevó toda la noche, nevó en silencio, y por la mañana, la nieve lo cubría todo y los tejados.
En el prado, detrás de la iglesia, Pedro, Paula y los otros rapaces, hicieron un muñeco de nieve y lo llamaron Tomás.
Después, todos tuvieron que ir a cambiarse de calcetines, tomar un vaso de leche caliente y quedarse en casa.
Pedro y Paula, en casa de Paula, se sentaron delante del fuego de leña, a ver un libro de láminas que también estaban nevadas.
En una de las láminas había un lobo gris, un explorador blanco y una princesa esquimal.
El lobo gris se acercaba despacio.
El explorador blanco, que era novato en esto de andar por las nieves eternas, cargó su escopeta, desenfundó su cuchillo, se dispuso a una lucha a muerte.
Pero la princesa esquimal, que de fríos, nieves y lobos lo sabía casi todo, dijo:
-Sólo tiene hambre. Dale tu bocadillo de atún y verás cómo en vez de amenazar, sonríe y da las gracias.
A Pedro le pareció que el final del cuento era poco emocionante.
Pero le gustaba estar allí, con Paula, sentados al calor del fuego.
Pasada la media noche, salió la luna a encender el silencio de la nieve.
Arriba, en el prado, detrás de la iglesia, Tomás, el muñeco, midió la zanahoria que le habían puesto en la nariz.
Me hubiera gustado más corta y algo respingona –pensó.
Juan Farias. Un cesto lleno de palabras. Editorial Anaya
Propuestas para mediadoras y para mediadores.
RECURSOS
Cuando lees el texto de Juan Farias, es como si las palabras te dijeran cosas de la vida. No es un mundo que está lejos, que no conocemos. Es nuestra vida, la de todos los días. Lo que de verdad pasa. Los protagonistas podemos ser nosotras o nosotros. Son palabras con las que Juan llena un cesto, como dice el título del libro a que pertenece este texto: Un cesto lleno de palabras.
Pues este texto nos deja, después de leerlo, jugar. Sí. Jugar a las palabras. No es un juego de palabras, sino un juego con palabras.
El juego consiste en llenar un cesto nosotros.
¿Tienes algún cesto grande? Puede valer un cubo de plástico, una papelera, donde echas los papeles que sólo sirven para reciclarlos, una caja que siempre está en casa vacía, pero la guardamos porque es muy bonita… Seguro que encuentras algo para llenar con palabras. Dice el texto: Leyendo nieve, recién cogida del cesto, Pedro se acordó de la última nevada de aquel invierno.
Ahora te toca a ti recordar o, si prefieres, imaginar. ¿A qué te recuerdan o imaginas que dicen estas palabras?
La palabra viento me recuerda a…
La palabra lluvia me recuerda a…
La palabra calor me recuerda a…
La palabra fiesta me recuerda a…
La palabra frío me recuerda a…
La palabra fin me recuerda a…
Al igual que en la primera época de Los Fundamentales, valoraremos, en cada uno de los textos seleccionados, esa palabra clave, que nos permitirá un aprovechamiento de diferentes aspectos en lugares como, por ejemplo, el aula, la biblioteca, el hogar, etc. Ni que decir tiene que no son sólo para el lugar educativo, sino que se adentran en el desarrollo esencial de la persona, en múltiples facetas. Nos posibilita acercarnos a nuestra lengua, a nuestro Medio Natural y también a la Inteligencia emocional y a las capacidades afectivas de las lectoras y de los lectores.
La palabra mágica de hoy es láminas. Son las láminas de ese libro que veían Pedro y Paula, sentados delante del fuego. No tenemos ese libro, ni estamos delante de un fuego de leña. Pero hemos encontrado unas imágenes que te gustarán. Por eso estamos en una palabra mágica: láminas que se transforman en imágenes en movimiento:
Lobo
Exploración
Esquimales
A Pedro le pareció que el final del cuento del lobo, el explorador y la princesa esquimal era poco emocionante. ¿Cómo crees que le habría gustado a Pedro que acabara el cuento? ¿Conoces tú alguna historia que te pareció emocionante, cuando te la contaron o cuando la leíste? De lo que sí te acuerdas, a lo mejor, es de alguna película que has visto. Pero lo más difícil: ¿te acuerdas de cómo se llamaba aquella película tan emocionante? ¿Cuándo la viste? ¿La viste con alguien?
Juan Farias
Nació en Serantes (A Coruña) el 31 de marzo de 1935 y falleció en Villaviciosa de Odón (Madrid) el 11 de junio de 2011.
Estudió náutica y se embarcó en la Marina Mercante. Fue un viajero incansable y dio la vuelta al mundo en dos ocasiones. Comenzó su dedicación a la literatura para niños y jóvenes en la década de los 60 del siglo pasado. Fue autor de guiones para radio y televisión. Ha obtenido varios premios, entre ellos el Premio Nacional de Literatura Infantil en 1980 por la obra Algunos niños, tres perros y más cosas, y fue candidato al Premio Andersen en 2002 y en 2004.
Más datos biográficos en Cervantes y Canal Lector
Bibliografía
Ofrecemos, a continuación, una relación de libros tomada de Canal Lector
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