Tag Archives: Hambre

La zorra y el tambor. Popular. Editorial Combel (Recomendado: 9-11 años)

18 Jun

elibrodelasfabulas

Una vez, una zorra que hacía no sé cuántas horas que no hincaba el diente a nada, porque corrían malos tiempos y había mucha escasez, merodeaba por una alameda umbría (1) cuando vio un tambor colgado de una rama. No se sabe de quién era, pero seguro que lo habían dejado allí para ir a buscarlo más tarde.
Era la hora del viento marero (2), que llega puntualmente todos los días y alborota las cañas de los cañaverales y las copas de los álamos, los sauces, los chopos y los alisos (3) que crecen a la orilla de los ríos y rieras (4). Al soplar, agitó las ramas del álamo en el que estaba el tambor, y éstas percutieron como baquetas (5) sobre el instrumento y le arrancaron una serie de sonidos alargados y profundos.
El sonido llamó la atención a la zorra y la hizo detenerse. Miró el instrumento y, como le pareció un odre o un pellejo de los que se llenan de cosas de comer, pensó que, seguramente, dentro habría algo aprovechable, quizá carne en conserva o, tal vez, fruta confitada, y que, por tanto, valía la pena intentar atraparlo.
Con ese propósito, dio un salto, golpeó el tambor con el hocico y lo hizo caer al suelo. A continuación, rasgó el tenso parche de piel con los dientes, para ver lo que había dentro, pero…, ¡qué amarga desilusión! ¡No había nada más que aire! Ni carne en conserva, ni fruta confitada, el tambor estaba completamente vacío.
-Ahora que lo pienso, no me extraña –reflexionó-. Bien lo dice el dicho: mucho ruido y pocas nueces, o sea, que quien mucho habla, poco piensa. Y por no pensar, volvemos a tropezar con la misma piedra. Sin más tiempo que perder, se marchó de allí a paso ligero, a ver si encontraba algo menos ruidoso y más sustancioso.

NOTAS

(1) Alameda: conjunto o bosque de árboles que se llaman álamos. Umbría que no le da el sol.
(2) Viento marero: viento que viene del mar.
(3) Aliso: árbol muy alto.
(4) Rieras: lugares por donde pasan las aguas de las lluvias.
(5) Percutieron como baquetas: sonaron como una batería de música.

Albert Jané i Riera (Recopilador). El libro de las fábulas. Editorial Combel

Propuestas para mediadoras y para mediadores
RECURSOS
Texto

Lo que leemos, en las primeras líneas es que la protagonista de la lectura es una zorra. A la que no le resultaba fácil comer, porque hacía bastantes horas que no hincaba un diente a nada. Hincar el diente, como tú ya sabes, significa lo mismo que comer. Es el movimiento que hacemos al comer: hincar el diente o los dientes a los alimentos. Y aquí tienes dos páginas, de un maravilloso programa que tenía Félix Rodríguez de la Fuente, naturalista y protector de los animales. Fueron muchos años los que él trabajó para darnos imágenes, sonidos y la historia real de la fauna en este planeta. Todos los que veíamos sus programas, en televisión española, lloramos su desaparición, en el año 1980. Aún quedan eso sí, maravillosos documentos de lo que fue, con sus compañeros, el trabajo a favor de la vida animal.

La siguiente página, también dedicada al zorro, está realizada por la Fundación amigos del Planeta. La imagen final es muy fuerte, terrible. Si eres muy sensible al dolor de los animales, te recomendamos que no la veas.

Palabra magica

La palabra mágica hoy es un verbo en modo indicativo, tiempo perfecto simple o indefinido (que se llama de las dos maneras), tercera persona en femenino singular del verbo reflexionar. ¡Sí! Lo has conseguido. La palabra mágica es reflexionó. Es lo que hace la zorra, animal listo, muy listo. En la página de BioEnciclopedia.com tienes el resumen de las características del zorro: peso, tamaño, sentidos (vista y oído), lugares de vida, tipos de zorros y alimentación y otras muchas cosas, que te interesarán sobre este animal.

Y como conoces el verbo a que hace referencia la palabra mágica, di cuáles de estas frases son posibles y cuáles imposibles. No olvides el significado que da el diccionario de la palabra reflexionar.

a) Mi reloj reflexiona a cada minuto.
b) Antes de un problema, procuro reflexionar.
c) El banco donde me siento, siempre está reflexionando.
d) Hay que reflexionar mucho para tomar esa decisión.
e) La montaña se pasa la visa reflexionando.

(Solución: las respuestas posibles correctas son la b y la d.)
Cuentame

Hemos visto, después de la lectura de La zorra y el tambor, algunas de las características más sobresalientes del zorro. ¿Te consideras conocedora o conocedor de los animales? ¿Serías capaz de establecer, en una lista, cuáles son los diez animales que los profesionales consideran más inteligentes? La lista de animales es esta:

Pulpo. Elefante. León. Perro. Cuervo. Tigre. Chimpancé. Cerdo. Loro. Rata. Oveja. Delfín.

Selecciona los diez más inteligentes. En la próxima página, puedes ver cuáles son y cómo actúan.

Pero, ¡atención! Es probable que te suceda lo mismo que a nosotros. Sí, hasta aquí, creemos que podríamos llegar a la lista de los animales más inteligentes. Pero nos falta uno. Puede que tú hayas oído o visto a esta ave que nos falta. Para nosotros es una novedad. Es un ave que se llama kea. Y es capaz de hacer cosas más que inteligentes, alucinantes. Echa un vistazo y a ver si estás de acuerdo con el adjetivo alucinante.

Autor

Vamos a ver qué nos dice el texto que has leído hoy, el de La zorra y el tambor. Una pregunta muy fácil, facilísima para ti: ¿qué nombre tiene el autor o la autora de este texto que acabas de leer? Si no lo sabes mira, al principio, lo que pone cuando dice autor. Pone popular. ¿Y a quién corresponde ese nombre? Di cuál de estas respuestas es la correcta:

1.- Es una autora que sabe mucho de animales (2 puntos).
2.- Es un autor que sabe muchísimo de instrumentos, como el tambor. (6 puntos)
3.- Popular quiere decir que es del pueblo. Es una historia que conoce mucha gente y que se va contando de padres a hijos, a nietas y a nietos…, durante años y años. (5 puntos)

Después de decir cuál es la respuesta verdadera, haz una operación matemática, muy sencilla, para comprobar si has dicho lo correcto. Sumamos los puntos de las tres respuestas: 2 + 6 + 5. Si al resultado le restamos 8 puntos, hemos ganado los puntos que da la respuesta correcta. ¡Bravo! ¡Enhorabuena! Sabes muy bien qué es un texto que se denomina popular. Son tus mágicos 5 puntos.

 Bibliografía
Más libros sobre fábulas en Canal Lector

El cuento de mi vida. Hans Christian Andersen. Ediciones de la Torre

7 Nov

elcuentodemivida

Estaba en la calle. No conocía a nadie, me encontraba totalmente desamparado. De pronto me acordé de que en Odense había leído en los periódicos algo sobre un italiano, de nombre Siboni, que había sido nombrado director del Real Conservatorio de Música de Copenhague. Todo el mundo me decía que tenía buena voz y a lo mejor este hombre estaba dispuesto a ocuparse de mí; si no lo hacía, no tendría otro remedio que buscar aquella misma noche un patrón con el que volver a Fionia. La idea de volver a casa me ponía los pelos de punta y en aquel estado de desesperación me fui a ver a Siboni. Precisamente aquella noche daba una cena en casa, a la que estaban invitados entre otros nuestro célebre compositor, el profesor Weyse, y el poeta Baggesen. A la doncella que me abrió le conté no sólo mis pretensiones de que me contrataran de cantante, sino mi vida entera. Me oyó con el mayor interés y debió repetir gran parte de lo que había contado, a juzgar por lo que tuve que esperar a que volviera. Cuando por fin apareció, la seguían todos los invitados. Todo el mundo me miraba, Siboni me llevó a una sala que tenía un piano y me hizo cantar, mientras él escuchaba atentamente; a continuación recité unas escenas de Holberg y un par de poemas. La pena que me daba lo triste de mi situación hizo que me salieran verdaderas lágrimas, y al auditorio prorrumpió en aplausos.

 “Pronostico que este joven llegará un día a ser alguien”, dijo Baggesen, “pero no te envanezcas cuando el público te dedique sus aplausos”, y luego añadió algo sobre la auténtica naturalidad y lo fácil que era perderla con la edad y el trato de la gente. No entendí todo lo que dijo, pero parece ser que yo tenía un especial talento natural que me convertía en una revelación, por no decir un “fenómeno” verdaderamente original. Yo me creía a pies juntillas lo que la gente me decía y confiaba en la buena voluntad de todos; tenía que decir todo lo que se me pasaba por la cabeza. Siboni prometió educarme la voz y dijo que llegaría a cantar en el Teatro Real. Yo estaba que no cabía en mí de alegría, no sabía si reír o llorar, hasta tal punto que la doncella al despedirme y ver el estado de emoción en que me hallaba, me dio una palmadita en la mejilla aconsejándome que al día siguiente fuera a ver al profesor Weyse, que me había tomado aprecio y que en él podía confiar.

Hans Christian Andersen. El cuento de mi vida. Ediciones de la Torre.

Propuestas para mediadoras y para mediadores.

RECURSOS

Texto

Las autobiografías son como secretos que nos desvelan sus autores. ¡Cuántas veces hemos leído los cuentos de Andersen! ¡Y cuántas nos los han contado! ¿Quién no recuerda a aquel patito, de color gris, tan distinto a los otros patitos, sus hermanos, que aparecieron como preciosidades, que iban detrás de su madre, la orgullosa pata? Pero aquel patito no. Él sabía lo que todos también sabían y, además, lo dijeron: es un pato muy feo. Era El patito feo.

¿Y os acordáis de aquel emperador, que era tan presumido y le gustaban tanto los trajes? Sí, aquel emperador que tenía que ponerse un traje nuevo todos los días. Lo que supieron unos caraduras, que pensaron: a este emperador lo vamos a camelar. ¡Ya verás el traje que le vamos a vender! Ese timo que sólo se atrevió a desvelar un niño. Fue el único que dijo la verdad: “pero si el emperador no lleva nada”. Y el pueblo entero y luego el emperador se dieron cuenta de que el niño decía la verdad. Y por eso el cuento se llama El traje nuevo del emperador.

Y con algunos hemos llorado, La vendedora de fósforos

Porque los cuentos tan perfectos como éste de La vendedora de fósforos o La pequeña cerillera y muchos de los que escribió Hans Christian Andersen no tienen edad, ni época. Son historias eternas que perdurarán mientras los seres humanos tengan la capacidad de imaginar, de soñar, de reír, de llorar, de leer, de compartir y de ayudar.

Tenía razón aquel poeta Baggesen, cuando dijo “pronostico que este joven llegará un día a ser alguien”. Pasados años y años, no sería la música. Sería la literatura, la lectura del mundo entero la que convertiría a aquel danés, hijo de un zapatero, en uno de los autores cuyos cuentos han sido leídos por centenares, miles de generaciones. Y ahí seguirán, para que otros miles de hombres y mujeres disfruten con su literatura.

          
Palabra magica
Hoy la palabra mágica es confiar. Sí, fue la doncella de Siboni, el recién nombrado director del Real Conservatorio de Música de Copenhague, quien le dijo a Andersen que: “al día siguiente fuera a ver al profesor Weyse, que me había tomado aprecio y que en él podía confiar”. Gracias a esa palabra mágica empieza un largo camino, con gran fama como escritor en Europa. Más que en su propio país. Pero sí recibió, en vida, el reconocimiento del rey de Dinamarca, en 1866. 

Lo que sí tenemos es la suerte de que se creara el mejor premio, con su nombre, a las escritoras y escritores más destacados de la literatura infantil y juvenil. Desde 1956 se concede cada dos años y, desde 1966, también se concede a la ilustración de este tipo de libros.

En esta página, verás a todos los premiados y encontrarás más información sobre este premio.

Cuentame
Hoy tienes dos posibilidades, para que elijas la que prefieras: ¿te acuerdas de algún cuento de Andersen? Dinos el que más te guste y cuéntalo, como si fuera, para nosotros, la primera vez que lo oímos.

 La segunda posibilidad es crear tú un cuento. Hay facilidades que Andersen no tenía: los medios de comunicación eran más limitados, otros no existían y algunos no se podían ni imaginar.

 Hoy dispones de cosas fantásticas y depende sólo de tu imaginación. También viene muy bien ejercitar la memoria, antes de empezar a construir ese edificio que se logra con el tiempo. Piensa que el texto de Andersen que has leído se llama El cuento de mi vida. ¿Por qué no le pedimos prestado al gran autor ese título y empezamos el nuestro? Sí, el cuento de esa vida que, día a día, llevamos y donde van ocurriendo muchas cosas; algunas nos llaman la atención y las consideramos muy importantes; son esas que irán apareciendo en tu cuento. Si te parece una ayuda, aquí tienes diferentes ideas que te pueden servir para lograr tu cuento. A ver si consigues algo fantástico y, al final, resulta que has encontrado tu forma de trabajar y disfrutar, en un futuro. Ojalá que, dentro de un tiempo, leamos, con tu nombre, ese maravilloso cuento que hoy puede empezar. ¡Mucha suerte!

1 Busca un cuaderno o abre un archivo, que colocarás en el escritorio de tu ordenador, para acceder a él muy fácilmente.

2 Empieza a anotar las ideas que recuerdes y que te parezcan interesantes, para escribir tu cuento, sobre alguna de ellas. Es bueno hacerse una serie de preguntas y escribirlas. Luego se irán resolviendo  poco a poco, según vayan apareciendo las respuestas a esas preguntas. 

 3 No hace falta que, cuando empezamos un cuento, pensemos que tiene que ser muy largo o muy corto. Solamente cuando se empieza a escribir se va viendo lo que se necesita decir.

4 En esa interesante historia que se te ha ocurrido o has recordado, ¿sólo estás tú como personaje o hay más personas que vivieron esos momentos contigo? No creas que estorba tener una lista de los personajes que van a intervenir en tu cuento. Pueden ser unos, al principio pero, luego, a lo mejor desaparecen y se incorporan otros. Todo eso se comprobará, según se va escribiendo.

5 En cuanto a tu estilo de escritura, piensa que tú tienes el tuyo propio. No intentes imitar otros que no conoces. Procura que tus palabras no sean las más difíciles, esas que parece que son muy importantes, porque no las entiende nadie. Si hay algo necesario cuando escribimos es la naturalidad. Lo que verdaderamente casi nos sale del corazón. Eso no quiere decir que no inventemos. Claro que una historia puede ser perfectamente inventada por ti. Es tu imaginación la que contará lo que vaya sucediendo.

6 No olvides el “dónde”. En qué lugar suceden los acontecimientos que vas a narrar en tu cuento. Esto es muy necesario para quienes te van a leer.

7 Hay dos palabras muy importantes, cuando escribimos algo (si queremos que la gente lo lea y le guste). Esas palabras son: sencillez y honestidad. Que tu historia se sienta como verdadera, aunque sea inventada.

8 Según vayas escribiendo, es importante que revises lo que has escrito. Probablemente encuentres errores que, siempre, se pueden corregir. “Pero bueno. Si este personaje no vive aquí”. Cosas como esas o parecidas te sucederán a menudo.

9 ¿Tienes escrita ya alguna idea que se pueda leer? A lo mejor, si lees lo que has escrito a alguien de quien te fíes de verdad, puede hacerte sugerencias, preguntarte dudas, confirmar lo que más le guste o lo que menos, etc.

10 Pues bien. Has empezado un nuevo camino. El de escritora o escritor de cuentos. ¿Y si resulta que te encanta y quieres escribir más? ¿Y si has descubierto una afición para la que vales y obtienes una enorme satisfacción? ¿No es cierto que sería estupendo para ti y para quienes te leen o te escuchan?

Mucho ánimo y que te salga muy requetebién.

 Autor

Hans Christian Andersen

Nació el 2 de abril de 1805 en Odense (Dinamarca) Su padre era zapatero con muy pocos recursos y su madre trabajaba de lavandera. El padre murió cuando Hans tenía 11 años y no pudo acabar sus estudios. Se marcho con 14 años a Copenhague a probar suerte cuando su madre se casó de nuevo. 

Consiguió una beca gracias al interés del director de un teatro y así pudo seguir sus estudios. Comenzará a publicar sus primeros relatos.  Viajará mucho. Escribió 164 cuentos. Sus libros son libros para niños pero también gustan a los adultos.

Se creó en Dinamarca un Premio de literatura infantil con su nombre.

 Nuestro observatorio
Se puede ampliar su biografía en Babar

Bibliografía 

Ofrecemos, a continuación, otros libros del autor en  Canal Lector.

Cómo Pompón y Tritus encontraron a Mally Pop. René Escudié. Editorial SM

31 Oct

granlobosalvaje 

Al día siguiente, al despertarse, Tritus empezó a meter su hociquillo por entre los pelos de la barriga de Pompón.
-¡Eh, eh, alto ahí! –gruñó éste-. Ya te dije que no hay nada que mamar. ¡Que soy un perro, hijo, un perro, no una perra!
Tritus se quedó mirando debajo de su hocico, la cabeza doblada, con aire de estar diciéndole:
-De acuerdo, lo comprendo, no se puede mamar… pero, a pesar de todo, ¡tengo hambre!
El viejo perro se sacudió, se aseó rápidamente a base de unas rápidas lametadas, imitado punto por punto por el pequeño.
-Tienes razón –dijo finalmente-. Es preciso encontrar algo que comer. Y también tenemos que encontrar un sitio donde dejarte. Compréndelo, lo he pensado bien, realmente no puedes venir conmigo a buscar a Gran-Lobo-Salvaje. Eres demasiado pequeño.
Husmeó el aire, volviendo la cabeza a todos los lados.
-Por allá hay un pueblo –dijo finalmente, señalando en una dirección-. No está del todo en mi itinerario, pero, en fin, quien dice pueblo dice montañas de desperdicios, y cubos de basura, y también gente a quienes les gustan los perrillos.
Así pues, echaron a andar por el carrascal. A su alrededor no había más que hierba pobre, escasa y baja, piedras blancas, olorosas flores, recias matas de tomillo.
Por encima de ellos, el sol iba subiendo a lo largo del cielo azul, calentando más y más.
-El setter me dijo –comentó a media voz el viejo Pompón- que nuestros antepasados los lobos sólo caminaban por la noche, y que durante el día dormían ocultos, igual que todos los demás animales salvajes. Pero que desde que vivimos con los hombres, hacemos igual que ellos. ¡Somos idiotas!
Finalmente divisaron un poblado. Desparramándose por la ladera, un rebaño de techos ocres descendía escalonadamente, hasta llegar al verdor de la llanura.
Encontraron un pequeño ribazo que bajaron con precaución. Las piedras rodaban bajo sus patas. Dos o tres veces, Tritus perdió el equilibrio, rodaba unos cuantos metros y siempre acababa, con cara de asombro, detenido por un matorral.
Pompón lo levantaba dándole un empujón con el morro.
De repente, se acabó la pendiente. Había hierba y, más lejos, el gran lecho seco de un río que sólo llevaba entre las arenas un hilillo de agua que corría perezosamente de charco en charco.
Pompón echó a correr seguido por Tritus y empezó a beber a grandes tragos.
Al oír el chasquear de la lengua, Tritus se dijo que allí había algo bueno y acercó el morro a la superficie del agua. Aquello no olía a nada, no tenía aspecto de nada; sobre todo, no se parecía en nada a la leche, tan buena, de su madre. Aspiró por la nariz y retrocedió.
Pompón comprendió que el cachorro nunca había bebido todavía agua. Entonces le pasó varias veces por el morro su lengua húmeda. El perrillo, extrañado al principio, se lamió finalmente el borde del hocico; sintió que estaba seco y su cuerpecito sediento se estremeció de placer. Intentó entonces mamar en la superficie líquida, pero el agua entró por las narices. Estornudó.
Pompón se echó a reír.
-¡Así no, hijo, así no…! Mira, así…
Le enseñó cómo hacerlo y el cachorro le imitó.
Después de beber agua hasta hartarse, se dirigieron hacia el pueblo, al que rodearon en busca de alimento.
Guiado por su olfato, Pompón se dirigió a una calle desierta de la que aún no habían retirado la basura. Desgraciadamente, los cubos colgaban de unos ganchos, fuera de su alcance.
Finalmente, un poco más lejos, vieron dos o tres cubos sobre la acera. Pero ya otro perro andaba rebuscando por allí: un cocker marrón de pelo largo, que había desparramado el contenido de uno de los cubos y lo estaba revolviendo tan alegremente.
-¡Hola! –dijo el cocker moviendo amistosamente su pequeño trocito de rabo-. Acercaos sin miedo. Donde come uno, comen tres. Además, si estoy revolviendo los cubos de basura no es porque tenga hambre, sino porque me divierte, y porque está prohibido, y porque me gusta mucho hacer lo que está prohibido.
Se retiró un poco, e invitó a Pompón a servirse de un papelón lleno de cortezas de queso, de recortes de carne, de huesos de pollo y mendrugos de pan.
-¡Hale, amigo, cosa fina!
Fue a rebuscar un poco más lejos y volvió haciendo rodar, con su hocico largo y fino, una lata abierta de leche condensada, hasta donde estaba Tritus.
-¡Venga, pequeño, disfruta! Cuando acabes con ésta, hay más latas.
Pompón y Tritus no se lo hicieron repetir dos veces. Arremetieron el uno contra los restos, el otro contra la lata de leche condensada, y pronto quedaron hartos. El cocker jugueteaba junto a ellos, encantado de verlos comer con tanta satisfacción.
Cuando hubieron acabado, se miraron los tres.
Iba Pompón a dar las gracias al cocker cuando se oyó el ruido de una puerta que se abría:
-¡Mis cubos de basura! –gritó una estridente voz de mujer.
Los tres perros echaron a correr al mismo tiempo, en medio de una nube de polvo.

René Escudié. Gran-lobo-salvaje. Editorial SM.
          
Propuestas para mediadoras y para mediadores.

RECURSOS

Texto

Hoy hemos leído una historia de perros. Sí, de perros que andaban por ahí: Pompón, un perro que ya tiene más edad. Tritus, un cachorro abandonado en la carretera y Mally Pop, un perro de la ciudad. Los tres se encuentran y se unen, porque uno, Pompón, andaba buscando al Gran Lobo Salvaje.

Las historias de perros abandonados no hacen más que aparecer en la televisión, en periódicos, en nuestras pantallas del ordenador, en muchos sitios. Demasiados. Y menos mal que aparecen en los medios de comunicación y personas concretas, asociaciones, grupos de gente que protegen a los animales se unen. Dan su trabajo, su dinero, su lugar de vida para que estos abandonados puedan vivir. Y también hay gente, como dice el texto, “a quienes les gustan los perrillos”. Gracias a esta fantástica gente podemos ver a algunos que se han salvado, como Lucy. Son los de la suerte.

Cachorros abandonados con suerte: 1, 2, 3, 4


Palabra magica
La palabra mágica hoy es hambre.

Hemos visto lo que sucede en este planeta con algunos de los compañeros habitantes: los animales. Pero nos parece mucho más increíble que personas, niñas y niños de este hermoso lugar en el firmamento pasen hambre hasta morir. Los datos, como ahora leerás dicen que más de seis millones de niños mueren al año de hambre.

Muchos artistas, gran cantidad de gente intenta, como puede, luchar contra ese terrible mal que afecta a la Humanidad. Procura informarte, en el lugar donde vives, qué podemos hacer nosotros, las ciudadanas y los ciudadanos de a pie, para ayudar a esos millones de personas que pasan hambre.

Aquí tienes dos páginas de artistas que quizá conozcas. Disfruta con ellos, y atiende a sus mensajes.

Michael Jackson, Melendi

Ojalá que algún día podamos estrecharnos las manos y estrechar las de algún niño que ahora no pasa hambre.

Cuentame
Hemos leído y visto muchas cosas tristes y terribles sobre el hambre en el mundo. Pero nos vamos a quedar con otra palabra mágica, que nunca queremos olvidar para nuestra vida: ilusión. Hemos visto la tristeza, el dolor, el hambre, la muerte. Pero queremos seguir luchando, para que el mundo mejore. Y lo que seguimos teniendo es, a nuestro lado, la palabra mágica ilusión. No vamos a perderla. ¿Te interesa, te animas, te apetece, o el verbo que tú quieras, seguir para que el mundo mejore?

Si sabes de un lugar, en tu ciudad, en tu Comunidad, donde haya algún centro, Organización o personas, coméntalo, si te lo preguntan. A lo mejor, encuentras a alguien que esté interesada o interesado en las medidas que se pueden adoptar para ver si, entre todos, ayudamos a los que lo necesitan.

Aquí tienes una página que te puede servir en esta labor. Que tengas muchísima suerte y a ver si logramos algo interesante.
Coordinadora de ONGD

 Autor

René Escudié

Nació en el año de 1941 en  Clermont-Ferrand (Francia)

Se dedica a la escritura y la dramaturgía en un pequeño pueblo cerca de Montpellier, Cournonsec (Francia). Sus libros se han publicado en muchos países, siendo él mismo en muchos casos el que traduce sus obras.

Durante muchos años, ha dirigido talleres de escritura dentro y fuera de la escuela, así como cursos a docentes sobre escritura. Miembro fundador de La Charte des auteurs et illustrateurs du livre de jeunesse de Francia.

 Nuestro observatorio
Se puede consultar su biografía  en Ricochet.

Bibliografía 

Ofrecemos, a continuación, otro libro de René Escudié en  Canal Lector.