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Mischa. La montaña de las tres cuevas. Per Olov Enquist. Editorial Siruela (Recomendado: 11-14 años)

26 Jun

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Mischa salió disparada. De vez en cuando se detenía, impaciente, para esperar a los otros tres y cuando la alcanzaban volvía a salir disparada otra vez sin decir ni pío.
Algo apremiaba. Era difícil caminar porque aquella noche había llovido y el suelo estaba mojado, y cuando rozaban alguna rama les caía una ducha que los dejaba completamente empapados. Al cabo de una hora, de repente oyeron a Mischa emitiendo ladridos de posición.
-Ladridos de posición –dijo el abuelo- Mischa ha encontrado algo.
-¿Qué son los ladridos de posición? –preguntó Marcus, pero inmediatamente se le iluminó la cara y señaló con el dedo diciendo:
-¡Mira eso, veo una llamada de posición!
-Marcus –dijo el abuelo-, “llamada de posición” es cuando Mischa, que es un perro de caza, ha encontrado, por ejemplo, un alce. Entonces ladra para que se sepa. El ladrido de posición no se ve. Se oye.
-De cualquier manera estoy viendo un ladrido de posición –dijo Marcus y señaló.
Y allí, a cien metros de distancia, estaba Mischa. Había encontrado el camino. Y quería enseñarles algo.
Se acercaron con cuidado.
Mischa señalaba algo con el hocico, algo que estaba tumbado en lo que era la grieta de una roca a un par de metros de distancia. Era un lobo. El lobo estaba completamente quieto y, cuando se acercaron, vieron que estaba muerto. Había sangrado, vieron que le habían disparado, la bala se le había metido en el pecho. El lobo no había muerto de golpe, porque podían ver rastros de sangre en el suelo. Lo más probable es que intentara arrastrarse y esconderse y no tuviera fuerzas, y murió en la grieta de la roca.
Pero debía de haber andado un trozo porque los cazadores que le dispararon no lo habían encontrado.
-¿Han sido los cazadores furtivos de los que nos habló el oso? –preguntó Mina y se echó a llorar.
-Malditos asesinos –dijo el abuelo. Pero nadie le dijo que no debía decir palabrotas porque todos opinaban lo mismo, aunque no dijesen palabrotas.
-Yo opino lo mismo –dijo Marcus, con el labio inferior temblando visiblemente.
Era un lobo grande, les parecía casi gigantesco. Era hermoso y yacía con los ojos cerrados. Era horrible mirarlo porque seguramente habría sufrido mucho. Pero Mischa parecía impaciente porque no era sólo el lobo muerto lo que les quería mostrar. Saltó sobre la boca, tras la cual crecía un pino cuyas ramas llegaban hasta el suelo.
Allí. Allí había algo.
Marcus fue el primero en entenderlo. Subió arrastrándose hacia el mismo camino, levantó las ramas y lo vio.
-¡Abuelo! –gritó-. ¡Ven a ver esto!
El abuelo y Mina se subieron a la roca y apartaron las ramas.
Vieron asomar un hocico, un par de ojos que los miraba y una criatura pequeñita pequeñita, a la que le temblaba todo el cuerpo.
Era un cachorro de lobo, un lobezno.
Era pequeño como un gato y, al parecer, había seguido a su padre que había sido disparado, pero sin que los cazadores lo viesen. No se había atrevido a abandonar a su padre. No había comprendido que el papá lobo estaba muerto. Y se había escondido junto al papá lobo muerto. Debió de ser una noche horrible, fría y húmeda, porque el lobezno estaba empapado y le temblaba todo el cuerpo. Estaba completamente agotado y casi no se movía.
El abuelo se agachó y levantó al cachorro. Le dio la vuelta y lo examinó con atención, pero el cachorro estaba tan asustado y tan cansado que ni agitaba las piernas ni oponía resistencia, se alejaba sin decir nada.
-Al menos no está herido. Los cazadores no se enteraron de que había también un cachorro. Iban por el lobo grande, pero no se dieron cuenta de la cría.
Miró el lobo muerto un rato y luego negó con la cabeza.
-Qué raro –dijo-. Han matado al padre. Seguramente la madre se habrá salvado. Debe de estar en algún sitio, pero se esconde.
-¿Dónde? –preguntó Mina-. Tenemos que encontrarla.
No lo sé –dijo el abuelo-. Pero seguro que está en alguna guarida esperando a que aparezcan los cazadores. Seguro que no sabe que este peque se ha salvado. Tiene que cuidar del resto de crías.
-Tal vez no tuviera más hijos –dijo Marcus.
Pensaron un rato en lo que había dicho Marcus. Luego pensaron en lo que mamá loba estaría pensando. Y resultó un poco terrible. El lobezno se apretaba junto al abuelo. Mina se quitó la bufanda verde que le había regalado mamá por su cumpleaños y empezó a secar al cachorro.
-Hemos llegado en el momento preciso –dijo el abuelo.. No habría soportado la noche.
-Voy a llamarlo Rubert –dijo Marcus.
-Es una chica –dijo el abuelo.
-Entonces la llamará Maja-Rubert –dijo Marcus.
Y como Ia no estaba allí para decirle que una chica lobo no se podía llamar Maja-Rubert, nadie protestó.
-¿Qué hacemos? –preguntó Mina.
-Tenemos que ir a casa –dijo el abuelo-. Maja-Rubert necesita secarse y entrar en calor. Y sobre todo necesita volver con su mamá.
El cachorro de lobo los miraba con los ojos asustados e intranquilos, y todavía le temblaba todo el cuerpecito. Pero Mina continuó frotándolo con su bufanda. En seguida el lobezno estuvo casi seco.
-Tendremos que llamar a la policía –dijo el abuelo-. Es un delito disparar a los lobos. Tendremos que dejar aquí a papá lobo. Está muerto, pero habrá que investigar el crimen. Los cazadores deben ser castigados. Pero el cachorro nos lo llevamos.
De repente Mina se acordó de algo.
-¡Mischa! ¡Hemos olvidado darle las gracias a Mischa!
Entonces saltó abajo junto a Mischa que estaba tranquilamente sentada junto al pie de la roca y le dio un abrazo enorme. Pudieron ver como Mischa se alegraba, aunque estaba un poco avergonzada porque era un poco tímida, pero contenta sí se puso. Y todos sabían que si no llega a ser por Mischa, que los había obligado a salir a buscar en el bosque, a estas alturas el cachorro de lobo estaría muerto.
Y juntos regresaron a casa.

Per Olov Enquist. La montaña de las tres cuevas. Ed. Siruela

Propuestas para mediadoras y para mediadores.

RECURSOS

Texto
Según empieza la lectura de nuestro texto, comenzamos a saber algunas cosas. Leemos como si fuéramos Detectives de lectura. Todavía no sabemos quién es Mischa. Sólo sabemos que salía disparada y se detenía. Sabemos también que Mischa iba con otros tres.

Ayúdate de un súper detective, de los que aparecen en esta página. O en esta otra, también muy interesante.

¿Cuál de ellos te gusta más? Elige un libro de lectura de estas dos páginas. Cualquiera que leas de estos recomendados te servirá para seguir a los mejores investigadores del mundo.

Como ahora te toca a ti, tienes que ir respondiendo a las siguientes preguntas. Si consigues XX , entrarás, por derecho propio, en el famoso club de DELEC, Detectives de Lectura. Por ahora, y para hacerte más fácil tu ingreso en el DELEC, sólo tienes que responder Verdadero o falso a las siguientes cuestiones:

Mischa es un perro   V    F
Mischa emitió unos ladridos. El abuelo los llamaba ladridos de posición    V    F
Mischa encontró un lobo inmenso y todos se murieron de miedo    V    F
Cuando el abuelo cogió al cachorro, vio que estaba herido    V    F
Todos sabían que, de no ser por Mischa, el cachorro estaría muerto   V    F

Si tus respuestas son 3 V y 2 F, ¡enhorabuena! Has conseguido el primer rango del DELEC. Apúntalo bien para ir sumando pruebas que aparecerán en las próximas lecturas y, sobre todo, en el Cuaderno de preguntas.

Y ahora, si te apetece, te ofrecemos esta película, que se llama El último cazador. Eso pondría muy contento al abuelo. Mira antes el tiempo que dura, a ver si puedes dedicárselo, para ver el final. Esperamos que te guste mucho.

 Palabra magica
Hoy la palabra mágica es Posición. Fue Marcus el que preguntó al abuelo: ¿qué son los ladridos de posición? Y el abuelo explicó que Mischa, cuando encontraba algo, hacía ladridos de posición. Como si fuera un código de la circulación para perros, perras y humanos. Lo que no tenemos son las señales correspondientes, para ver lo que Mischa encontraba. Pero a lo mejor, viendo estas del código de la circulación, podías tú dibujar las señales de Mischa, con las formas y los colores como éstas, que son las que puedes encontrar en bici, en moto, paseando, etc.                                          

curvaCurva a la izquierda
circulacion_exclusiva2Circulación exclusiva para bicicletas
direccionprohjpgDirección prohibida                                                         
peatones_por_izqPeatones deben circular por su izquierda
pro_circular_peatonProhibido circular peatones
animales_sueltos1Animales en libertad

En la siguiente página, que puedes ver en internet, hay señales de prevención (te avisan de lo que va a suceder en la vía pública). De reglamentación (avisan sobre lo que va a pasar en la vía pública). De información (nos dicen lo que va a aparecer en la vía pública: un hospital, primeros auxilios, un restaurante, etc.).

Con la información que te ha dado la lectura, esta actividad consiste en hacer tres señales, que nos indiquen lo que, con sus movimientos, ladridos, y la distancia a la que se encuentra el camino a seguir, nos indicarían las llamadas de posición de Mischa.

Cuentame
Es probable que no hayas tenido una aventura como la de La montaña de las tres cuevas. Pero nos podías contar aquella aventura tan emocionante que tuviste. ¿Cómo se llaman los amigos o amigas con los que fuiste? ¿O fue más una aventura familiar, donde pasó de todo? ¿Qué tal acabó la aventura misteriosa? ¿Tienes abuelos? ¿Te cuentan algunas cosas graciosas, de cuando ellos eran jóvenes? ¿Les cuentas tú a ellos cosas divertidas? A lo mejor, conocen algunos juegos que a ti te gustan. ¿Has aprendido con ellos algún juego?

Cuéntanos cosas que a ti te parezcan interesantes.

 Autor

Per Olov Enquist

Nació el 23 de septiembre de 1934 en Hjoggböle (Suecia).
Estudió Historia de la Literatura y trabajó como colaborador en un periódico además de ser moderador televisivo durante 9 años. Ha vivido en Berlín y California. Además de escritor de novelas es guionista de televisión y cine. Ha recibido varios premios literarios.

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