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El cero Rey. Juan José Millás. Editorial SM (Recomendado: 14 años)

18 Jun

numerospares

El cero, harto de no ser nada, decidió buscarse la vida fuera del sistema métrico decimal.
-Al otro lado del Sistema Métrico Decimal no hay nada –le dijeron los números pares y los impares y también los idiotas, pues sabían que sin el cero todo el sistema se vendría abajo.
-Pues ese es mi sitio –respondió él-, ya que no soy nada.
-Sí eres, sí eres –le dijeron.
-No soy, no soy –respondió él.
Dos días son dos días, y siete semanas son siete semanas, pero cero meses no es ningún mes.
-Ponte a mi lado y seremos un 40 –le dijo el 4.
-Quiero ser algo por mí mismo, sin ayuda de nadie.
Atravesó, pues, el Sistema Métrico Decimal y llegó a un lugar raro, donde las cosas no eran nada. Ni las calles eran calles, ni los semáforos semáforos, ni los árboles árboles. “Este es mi sitio, puesto que soy un número que no es un número”.
Entró sigilosamente en una casa y vio a un padre que no era un padre, una madre que no era una madre, unos hijos que no eran unos hijos, y un canario que no era un canario.
Estuvo todo el día observando, escondido tras un sofá que no era un sofá, a aquella familia que no era una familia. Al atardecer salió a la calle que no era una calle, feliz de haber encontrado para vivir un lugar que no era lugar.
Pero apenas había recorrido dos manzanas, cuando fue detenido por dos policías que no eran policías.
-Usted no puede permanecer aquí –le dijeron. Para estar aquí es preciso no ser nada.
-Es que yo soy un cero –dijo el cero.
-Un cero es un cero –le contestaron.
-Un cero –repuso él- es un número que no es número. ¿Cuántos días son cero días? ¿Cuántas semanas son cero semanas? ¿Cuántos meses son cero meses?
Los policías que no eran policías se miraron sin saber qué contestar.
-¿Qué diferencia hay entre un cero y nada? –insistió el cero.
El asunto fue llevado ante unos licenciados en nada, que era la profesión más extendida en aquel sitio. Tras darle muchas vueltas al asunto, estos expertos decidieron que no era lo mismo nada que cero.
El cero fue devuelto violentamente al Sistema Métrico Decimal, donde fue recibido con todos los honores por el resto de los números, que no podían vivir sin él.
Y para que no volviera a irse, lo nombraron el Rey del Sistema, y él aceptó, y desde entonces reina sin comprender por qué es preciso ser nada para serlo todo.

Juan José  Millás. Números pares, impares e idiotas.  Editorial SM

Propuestas para mediadoras y para mediadores.

RECURSOS

Texto
En muchas ocasiones, pensamos que quienes nos rodean no tienen sentido. Es decir, no valen para nada o casi nada. Nos sucede también a nosotras mismas o a nosotros mismos. Pero ¿quién soy yo? ¿Para qué valgo? Eso es lo que le pasaba al cero. Claro que él estaba en el Sistema Métrico Decimal. Con ese Sistema, la Humanidad ha conseguido entenderse: nos hemos puesto de acuerdo en las medidas, en los pesos, en las distancias, en las temperaturas, en las velocidades, en los tiempos y en muchas cosas.

Y por eso, el cero y todos los números existen y son importantísimos, para que las medidas sean exactas y nos entendamos bien entre todos. ¿Acaso nos parece poco importante ponernos de acuerdo en algo? Si eso pasara siempre en la Humanidad, a lo mejor las guerras no existirían, mucha gente no se moriría de hambre, atenderíamos a los enfermos que lo necesitan…

Podría ser, incluso, que el dinero estuviera mejor repartido. Ahora, algunos, unos pocos, tienen muchísimo. Otros, muchos más, tienen muy poco. No tienen ni para vivir… La verdad es que la Humanidad viviría mejor de lo que vive. Y para eso, lo que sí sabemos es que todas y todos somos necesarios. Es algo muy parecido a lo que sucedió con el cero. Porque lo que pasaba es que el cero estaba deprimido. Hasta que tomó una gran decisión: aceptó que lo nombraran Rey del Sistema. Y desde entonces reina. Aunque siguió haciéndose aquella pregunta, que no lograba responder: ¿por qué es preciso ser nada para serlo todo?

Lo que no poseemos, por desgracia, es la gran respuesta a esa pregunta. Pero si luchamos y nos unimos todos, podemos probar lo que sucede. A lo mejor nos llevamos una gran alegría y conseguimos que el cero se sienta mejor. Y nosotras y nosotros también.
 Palabra magica
Hoy la palabra mágica es observar. El pobre cero se consideraba nada, que no era nada, fuera del Sistema Métrico Decimal. Observó a aquella familia, que no era familia, aquella calle, que no era calle, un lugar que no era lugar… Todo lo que observaba era ¡nada! ¿Serían invisibles?

Pues no. No eran invisibles, porque el cero va recorriendo todos esos lugares que menciona. Una cosa es ser nada y otra, muy distinta, ser invisible.

El actor y director de cine español, Javier Bardem, nos explica, en la película  Invisibles, cuántos invisibles están ahí, en el mundo; ese mundo al que no queremos mirar, porque no nos gusta. Y, sin embargo, está ahí. Dice una de las participantes en la película: “Somos totalmente olvidados por todos. No es que no nos vean; es que no quieren vernos”. Observa, mira y, si puedes, ayuda a los invisibles, a los que nadie quiere ver.

Cuentame
Hoy puedes revisar tu memoria. Seguro que tienes una “memoria de elefante”. Y eso que no está demostrado científicamente que esa frase tenga fundamento. Lo que sabemos del elefante está en que es el mayor de los animales terrestres que viven ahora, pues llega a tres metros de alto y cinco de largo, dice el diccionario de la Academia (escribe la palabra arriba, en el lugar que corresponde y haz clic en buscar). Ahí encontrarás su definición).

Lo que puedes, con un paseo mental, es recordar si en los itinerarios que haces hay invisibles. Gente, como decía la película de Javier Bardem, que nadie quiere ver. ¿Has hablado alguna vez con un o una invisible? ¿Te ha dicho de dónde viene? ¿Por qué está ahí? ¿Cuál es el principal problema que hay en su lugar de origen? ¿Has comentado alguna vez este asunto en tu casa? ¿Con amigas o amigos?

Este puede ser un momento estupendo para que busques información y actúes, con las personas que te pueden ayudar, a proponer acciones a favor de esos miles y miles de invisibles.

 Autor

Juan José Millás
Nace el 31 de enero de 1946 en Valencia (España).
Se traslada la familia a Madrid cuando Millás tenía 6 años. Estudió Filosofía y Letras, abandonando al tercer curso. Antes de poder dedicarse a escribir trabajó en Caja Postal e Iberia. Desde los años 90 del siglo pasado escribe en el periódico El País. Ha recibido varios premios.

Nuestro observatorio

Se pueden consultar más datos biográficos sobre Juan José Millás en su página oficial.

Bibliografía 

Ofrecemos, a continuación, una selección de libros tomada de Canal Lector.