Cuando se encontraron, no perdieron el tiempo en saludarse. Se pusieron a correr. Detrás de ellos venía saltando el gatito. Y encima de ellos el cometa seguía su alocada trayectoria, acercándose cada vez más al aterrorizado e indefenso Valle Mumin.
Faltaban seis minutos… Era difícil correr en la arena, y avanzaban lentamente como en una pesadilla. El aire tórrido les quemaba los ojos y les secaba la garganta… Por fin vieron la roca que también era roja, y allí estaba Mamá Mumin gritando algo y saludando con las manos, y ellos treparon y treparon… ¡Ahora sólo quedaban tres minutos! Y de pronto el aire era más fresco, estaban dentro de la cueva y ardía la lámpara de petróleo como si nada hubiera pasado.
Os presento a mi gato, dijo Snif con voz temblorosa.
La madre del Mumintroll dijo a toda prisa:
¡Qué gatito más lindo! Tengo un regalo para ti…Hubiéramos querido darte las esmeraldas de la abuela como regalo de bienvenida, pero se me pasó con todo este lío… Tal vez puedas hacer un collar para el gato con ellas…
¡Las esmeraldas!, gritó Snif. ¡La herencia! ¡Para el gato! ¡Qué maravilla! ¡Soy tan feliz!
En el mismo instante llegó el cometa a la Tierra, candente y envuelto en llamas. La lámpara de petróleo volcó en la arena y se apagó. Eran exactamente las ocho y cuarenta y dos minutos y cuatro segundos.
Debajo de la manta impregnada con aceite solar subterráneo había una luz roja cegadora, pero la cueva estaba en la más absoluta oscuridad.
Se agarraron con fuerza en el fondo de la cueva y oyeron cómo una lluvia de meteoritos golpeaba la bañera del tejado. El Desmán se había quedado empotrado en el barreño. El Hemul estaba tumbado panza abajo sobre su álbum de sellos para que no se le volara otra vez.
Toda la roca temblaba y se estremecía a su alrededor y el cometa aullaba como si tuviera miedo, o tal vez era la tierra la que chillaba.
Durante largo tiempo estuvieron tumbados abrazándose y sin decir nada. Fuera se oía el ruido de las rocas que caían destrozadas y de la tierra arrancada. El tiempo se hacía tremendamente largo y cada uno de ellos se sentía solo y abandonado.
Después de pasar una eternidad, el Mundo se quedó completamente quieto. Por más que intentaban escuchar, no oían nada.
Mamá, susurró el Mumintroll. ¿Ha perecido el Mundo?
Ya pasó, contestó Mamá Mumin. Puede que hayamos perecido, pero por lo menos ya pasó.
¡Un milagro extraordinario!, dijo Papá Mumin intentando ser gracioso.
El Snork rió, y se quedaron quietos de nuevo. Mamá Mumin buscó la lámpara de petróleo y logró volverla a encender. Entonces vieron al gatito que estaba lavándose sentado en la arena.
¡Ha sido espantoso!, dijo la señorita Snork. ¡Nunca volveré a mirar el reloj!
Y ahora todo el mundo a la cama, dijo Mamá Mumin. Y no hablemos más del cometa y tampoco pensemos en él. No quiero que nadie mire lo que ha pasado fuera. Ya habrá tiempo para ello mañana.
Una vez acostados y con la nariz cubierta por la manta, el Snusmumrik sacó su armónica. Cuando se dio cuenta de que había recuperado todas las notas, tanto las pequeñas como las grandes, tocó una nana. Mamá Mumin conocía la canción y se puso a cantar muy dulcemente:
Duérmete niño que ya es de noche,
Los cometas caminan sin saber adónde.
Duerme soñando,
Despierta olvidando.
La noche está cerca, el espacio es de hielo,
Cientos de corderitos pasan en el cielo.
Poco después, la cueva quedó en silencio. Durante la noche Snif se despertó y sintió algo suave contra su nariz. Era el gatito. Puso su brazo alrededor de él y ambos se quedaron dormidos muy juntitos.
Tove Jansson. La llegada del cometa. Ed. Siruela
Propuestas para mediadoras y para mediadores.
RECURSOS
¿Qué nos encontramos en este texto? Un mundo distinto, personajes diferentes, nombres desconocidos, situaciones impensables, puede que algunas terribles… Pero también, en momentos tan difíciles, quedan tiempo y huecos para el cariño, los abrazos, la dulzura.
Pasa el tiempo antes de que se produzca el gran cataclismo: seis minutos, tres minutos y el cometa iba a llegar. No sabemos qué pasaría, en realidad. Vamos a ver ahora algunos cometas y así quizá podamos imaginar qué se estaba sintiendo entre los Mumin, en aquel valle.
¡Y llega a la Tierra! ¿No crees que es perfectamente comprensible la situación de miedo a lo desconocido? Sólo plantéatelo tú. Sí, has escuchado y visto la noticia en la televisión, en la radio, en internet, en los periódicos, que han anunciado, desde hace ya varios días, que un cometa se aproxima a la Tierra a gran velocidad. Tienes ahora, en un apartado que se llama Cuéntame, la oportunidad de explicar lo que hayas pensado, después de esta impresionante noticia de que ¡llega un cometa a la Tierra!
Hoy la palabra mágica es aullaba. No se trata de un lobo, ni de un perro ni de ningún otro animal, que pasaba por el valle de los Mumin.
Se trata del ruido que hacía ese cometa, que se iba a estrellar en la Tierra. Fue lo suficiente para que aparecieran todos los sentimientos de quienes lo oyeron. Se agarraron con fuerza, Se abrazaban sin decir nada. El silencio se apoderó de todo: “por más que intentaban escuchar, no oían nada”.
Sólo hizo falta ese sonido desconocido y un pensamiento, para que los Mumin fueran un pueblo unido. Quizá a nosotras y a nosotros, los humanos, nos pase algo parecido. Estamos siempre al lado de gente que nos quiere. Pero hace falta que algo extraordinario suceda, para echarnos una mano; para hacer que se pueda ser más feliz, con un poco de ayuda. ¿Y si lo intentamos?
Es posible que no hayas tenido todavía le oportunidad de ver ni oír el paso de un cometa. Así que vamos a imaginar.
Hoy nos vamos a subir, con esa maravillosa imaginación que tenemos, en un cometa muy especial. Has tenido la oportunidad de ver algunas imágenes de lo que se ha podido filmar en Marte. Pero todavía están los científicos discutiendo si habrá vida o no en un lugar tan lejano como el planeta Marte, a unos cien millones de kilómetros.
Ahora te toca a ti. ¿Tú crees que puede haber vida en el Universo? ¿Dónde crees que sería más posible que la hubiera? ¿Sería una vida parecida a la que tenemos en el planeta Tierra o sería completamente diferente? Sigue aprovechando tu imaginación: utiliza tu ordenador o un papel y unos lápices, bolígrafos, rotuladores o cualquier cosa con la que puedas dibujar. ¿Cómo serían esos nuevos habitantes que habría por allí? ¿Se parecerían en algo a los seres humanos o tendrían formas totalmente distintas? ¿Cómo se comunicarían entre ellos? ¿Y con nosotros, los humanos? Podrías darles un nombre a esos habitantes y uno, muy especial, al primero que hablara contigo.
Si alguna vez ves a alguien de más allá de la Tierra, te pedimos un favor muy especial: cuéntanoslo, para cuando los veamos. Gracias y feliz viaje.
Tove Jansson
La autora nació el 9 de agosto de 1914 y murió el 27 de junio de 2001 en Helsinki, Finlandia.
Se formó en la Facultad Universitaria de Arte, Artesanía y Diseño de Estocolmo (Suecia) , en la Escuela de Artes Gráficas de la Academia Finlandesa de Bellas Artes y, finalmente, en varias escuelas de París (Francia).
La fama de Jansson se debe principalmente a sus libros sobre los Mumin, una familia de trolls blancos, cubiertos de pelo y de apariencia redondeada, con grandes hocicos, que nos recuerdan a los hipopótamos. Son historias para niños. El primer libro de la saga fue escrito e ilustrado por Jansson en 1945 durante la Segunda Guerra Mundial. Confesó más tarde que la guerra la deprimía y que buscaba algo inocente.
Escribió también novelas para adultos y teatro además de seguir su carrera como pintora.
Ha recibido varios premios, entre ellos destaca el Premio Hans Christian Andersen por su contribución a la literatura infantil.
Más datos biográficos y curiosidades sobre Tove Jansson en una página dedicada a la autora.
Bibliografía
Ofrecemos, a continuación, una selección de libros de la autora tomada de Canal Lector.
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