Archivo | noviembre, 2013

La llegada del cometa. Tove Jansson. Editorial Siruela

28 Nov

llegadadelcometa

Cuando se encontraron, no perdieron el tiempo en saludarse. Se pusieron a correr. Detrás de ellos venía saltando el gatito. Y encima de ellos el cometa seguía su alocada trayectoria, acercándose cada vez más al aterrorizado e indefenso Valle Mumin.
Faltaban seis minutos… Era difícil correr en la arena, y avanzaban lentamente como en una pesadilla. El aire tórrido les quemaba los ojos y les secaba la garganta… Por fin vieron la roca que también era roja, y allí estaba Mamá Mumin gritando algo y saludando con las manos, y ellos treparon y treparon… ¡Ahora sólo quedaban tres minutos! Y de pronto el aire era más fresco, estaban dentro de la cueva y ardía la lámpara de petróleo como si nada hubiera pasado.
Os presento a mi gato, dijo Snif con voz temblorosa.
La madre del Mumintroll dijo a toda prisa:
¡Qué gatito más lindo! Tengo un regalo para ti…Hubiéramos querido darte las esmeraldas de la abuela como regalo de bienvenida, pero se me pasó con todo este lío… Tal vez puedas hacer un collar para el gato con ellas…
¡Las esmeraldas!, gritó Snif. ¡La herencia! ¡Para el gato! ¡Qué maravilla! ¡Soy tan feliz!
En el mismo instante llegó el cometa a la Tierra, candente y envuelto en llamas. La lámpara de petróleo volcó en la arena y se apagó. Eran exactamente las ocho y cuarenta y dos minutos y cuatro segundos.
Debajo de la manta impregnada con aceite solar subterráneo había una luz roja cegadora, pero la cueva estaba en la más absoluta oscuridad.
Se agarraron con fuerza en el fondo de la cueva y oyeron cómo una lluvia de meteoritos golpeaba la bañera del tejado. El Desmán se había quedado empotrado en el barreño. El Hemul estaba tumbado panza abajo sobre su álbum de sellos para que no se le volara otra vez.
Toda la roca temblaba y se estremecía a su alrededor y el cometa aullaba como si tuviera miedo, o tal vez era la tierra la que chillaba.
Durante largo tiempo estuvieron tumbados abrazándose y sin decir nada. Fuera se oía el ruido de las rocas que caían destrozadas y de la tierra arrancada. El tiempo se hacía tremendamente largo y cada uno de ellos se sentía solo y abandonado.
Después de pasar una eternidad, el Mundo se quedó completamente quieto. Por más que intentaban escuchar, no oían nada.
Mamá, susurró el Mumintroll. ¿Ha perecido el Mundo?
Ya pasó, contestó Mamá Mumin. Puede que hayamos perecido, pero por lo menos ya pasó.
¡Un milagro extraordinario!, dijo Papá Mumin intentando ser gracioso.
El Snork rió, y se quedaron quietos de nuevo. Mamá Mumin buscó la lámpara de petróleo y logró volverla a encender. Entonces vieron al gatito que estaba lavándose sentado en la arena.
¡Ha sido espantoso!, dijo la señorita Snork. ¡Nunca volveré a mirar el reloj!
Y ahora todo el mundo a la cama, dijo Mamá Mumin. Y no hablemos más del cometa y tampoco pensemos en él. No quiero que nadie mire lo que ha pasado fuera. Ya habrá tiempo para ello mañana.
Una vez acostados y con la nariz cubierta por la manta, el Snusmumrik sacó su armónica. Cuando se dio cuenta de que había recuperado todas las notas, tanto las pequeñas como las grandes, tocó una nana. Mamá Mumin conocía la canción y se puso a cantar muy dulcemente:

Duérmete niño que ya es de noche,
Los cometas caminan sin saber adónde.
Duerme soñando,
Despierta olvidando.
La noche está cerca, el espacio es de hielo,
Cientos de corderitos pasan en el cielo.

Poco después, la cueva quedó en silencio. Durante la noche Snif se despertó y sintió algo suave contra su nariz. Era el gatito. Puso su brazo alrededor de él y ambos se quedaron dormidos muy juntitos.

Tove Jansson. La llegada del cometa.  Ed. Siruela

Propuestas para mediadoras y para mediadores.

RECURSOS

Texto
¿Qué nos encontramos en este texto? Un mundo distinto, personajes diferentes, nombres desconocidos, situaciones impensables, puede que algunas terribles… Pero también, en momentos tan difíciles, quedan tiempo y huecos para el cariño, los abrazos, la dulzura. 

Pasa el tiempo antes de que se produzca el gran cataclismo: seis minutos, tres minutos y el cometa iba a llegar. No sabemos qué pasaría, en realidad. Vamos a ver ahora algunos cometas y así quizá podamos imaginar qué se estaba sintiendo entre los Mumin, en aquel valle.

¡Y llega a la Tierra! ¿No crees que es perfectamente comprensible la situación de miedo a lo desconocido? Sólo plantéatelo tú. Sí, has escuchado y visto la noticia en la televisión, en la radio, en internet, en los periódicos, que han anunciado, desde hace ya varios días, que un cometa se aproxima a la Tierra a gran velocidad. Tienes ahora, en un apartado que se llama Cuéntame, la oportunidad de explicar lo que hayas pensado, después de esta impresionante noticia de que ¡llega un cometa a la Tierra!

 Palabra magica
Hoy la palabra mágica es aullaba. No se trata de un lobo, ni de un perro ni de ningún otro animal, que pasaba por el valle de los Mumin.

Se trata del ruido que hacía ese cometa, que se iba a estrellar en la Tierra. Fue lo suficiente para que aparecieran todos los sentimientos de quienes lo oyeron. Se agarraron con fuerza, Se abrazaban sin decir nada. El silencio se apoderó de todo: “por más que intentaban escuchar, no oían nada”.

Sólo hizo falta ese sonido desconocido y un pensamiento, para que los Mumin fueran un pueblo unido. Quizá a nosotras y a nosotros, los humanos, nos pase algo parecido. Estamos siempre al lado de gente que nos quiere. Pero hace falta que algo extraordinario suceda, para echarnos una mano; para hacer que se pueda ser más feliz, con un poco de ayuda. ¿Y si lo intentamos?
Cuentame
Es posible que no hayas tenido todavía le oportunidad de ver ni oír el paso de un cometa. Así que vamos a imaginar.   

Hoy nos vamos a subir, con esa maravillosa imaginación que tenemos, en un cometa muy especial. Has tenido la oportunidad de ver algunas imágenes de lo que se ha podido filmar en Marte. Pero todavía están los científicos discutiendo si habrá vida o no en un lugar tan lejano como el planeta Marte, a unos cien millones de kilómetros.

Ahora te toca a ti. ¿Tú crees que puede haber vida en el Universo? ¿Dónde crees que sería más posible que la hubiera? ¿Sería una vida parecida a la que tenemos en el planeta Tierra o sería completamente diferente? Sigue aprovechando tu imaginación: utiliza tu ordenador o un papel y unos lápices, bolígrafos, rotuladores o cualquier cosa con la que puedas dibujar. ¿Cómo serían esos nuevos habitantes que habría por allí? ¿Se parecerían en algo a los seres humanos o tendrían formas totalmente distintas? ¿Cómo se comunicarían entre ellos? ¿Y con nosotros, los humanos? Podrías darles un nombre a esos habitantes y uno, muy especial, al primero que hablara contigo.

Si alguna vez ves a alguien de más allá de la Tierra, te pedimos un favor muy especial: cuéntanoslo, para cuando los veamos. Gracias y feliz viaje.

 autora

Tove Jansson

La autora nació el 9 de agosto de 1914 y murió el 27 de junio de 2001 en Helsinki, Finlandia.
Se formó en la Facultad Universitaria de Arte, Artesanía y Diseño de Estocolmo (Suecia) , en la Escuela de Artes Gráficas de la Academia Finlandesa de Bellas Artes y, finalmente, en  varias escuelas de París (Francia).
La fama de Jansson se debe principalmente a sus libros sobre los Mumin, una familia de trolls blancos, cubiertos de pelo y de apariencia redondeada, con grandes hocicos, que nos recuerdan a los hipopótamos. Son historias para niños. El primer libro de la saga fue escrito e ilustrado por Jansson en 1945 durante la Segunda Guerra Mundial. Confesó más tarde que la guerra la deprimía y que buscaba algo inocente.
Escribió también novelas para adultos y teatro además de seguir su carrera como pintora. 

Ha recibido varios premios, entre ellos destaca el Premio Hans Christian Andersen por su contribución a la literatura infantil. 

Nuestro observatorio

Más datos biográficos y curiosidades sobre Tove Jansson en una página dedicada a la autora.

Bibliografía 

Ofrecemos, a continuación, una selección de libros de la autora  tomada de  Canal Lector.

Janosch cuenta los cuentos de Grimm. Janosch. Editorial Anaya

21 Nov

janosch

Érase una vez un joven muchacho a quien el dinero y la riqueza le daban exactamente igual. Todo cuanto poseía lo llevaba puesto: un pantalón, una chaqueta, una camisa, zapatos y, en invierno, un gorro. En cuanto tenía algo más, lo dejaba tirado por ahí para que otro lo encontrara. Para él sólo existía la música y sabía tocarla de maravilla. Allá donde fuera, tocaba una canción; siempre escuchaba música en su interior y se sentía impulsado a tocarla. ¡Qué bonito!
Si llegaba a una montaña en la que había madera secada por el viento, se sentaba y se tallaba una flauta. Y todas las canciones que el viento soplaba a través de la montaña, las sacaba el muchacho con acierto de la madera de la flauta.
Si se hallaba sentado junto a un lago, se hacía una flauta de caña, y todas las canciones que cantaban las aguas y las aves acuáticas a través de los juncos, él sabía tocarlas.
Si se sentaba en un prado, se construía un pequeño violín.
Así iba caminando y llegaba a otros países. De la comida y de la bebida no tenía por qué preocuparse. La gente le daba de las dos cosas por hacer música.
Una vez estuvo en una isla en la que había poca gente; tan sólo bosques áridos, arena caliente, mar y sol.
Yendo el muchacho por la arena, se encontró un hueso de pájaro. Era una pata de pájaro blanca, quebradiza y hueca. Con ella se hizo una flauta. Y cuando se puso a tocar, sonaba una música muy extraña, encantada, bella. Era una canción, pero también una historia. Una historia de un pájaro sagrado. Y el chico empezó a flotar por encima del mar, muy arriba, atravesando países de ensueño que nadie conocía.
El hueso era una pata del pájaro sagrado Kolp, al que los hombres habían matado ochocientos años atrás. Nadie había encontrado su cuerpo, pues el viento se lo había llevado y lo había depositado en la arena de la isla. Y cuanto más tocaba el muchacho, mejor sonaba la pata del pájaro. El tiempo dejó de existir: ayer era hoy y hoy era ayer y ayer era mañana; todo sucedía al mismo tiempo, todo era una sola cosa.
Una vez el chico dejó de tocar. De nuevo vio gente y, cuando cantaba la pata del pájaro, sucedía algo maravilloso: cada uno oía una historia diferente. Aquel sonido era una canción, eran tonos de música, pero también era una historia. Por ejemplo, el que buscaba algo, sabía de repente dónde podía hallarlo. O el que tenía preocupaciones sabía de pronto si valía la pena seguir preocupado (la mayor parte de las veces, no). Al que se le había muerto un amigo sabía de pronto dónde estaba: no muy lejos, por cierto, sino allí mismo, a su lado. Y los muy felices frotaban por el aire, muy arriba; eran como el pájaro sagrado Kolp, eran nubes y cielo y fuego y arena, eran risa y llanto y lluvia y sol, pero también un árbol.
Cuando el muchacho soplaba en su pata de pájaro, todo marchaba bien. Como si aún viviera el pájaro sagrado Kolp.

Janosch. Janosch cuenta los cuentos de Grimm. Ed. Anaya

Propuestas para mediadoras y para mediadores.

RECURSOS

Texto

El autor de este texto que has leído se llama Janosch. Y el libro a que pertenece este texto se llama Janosh cuenta los cuentos de Grimm. ¿Te acuerdas de los hermanos Grimm? Fueron Jacob y Wilelm, que se llevaban sólo un año entre ellos. Se dedicaron, durante mucho tiempo, más de diez años, a recoger los cuentos que sabían, los que había oído, los que les contaba la gente a la que preguntaban. Como ellos dijeron, a la literatura popular. La que sabía el pueblo.

Janosh, parece que hace un homenaje a aquellos fantásticos hermanos, gracias a quienes perviven los cuentos de años y años. Los que oyeron tantas niñas y tantos niños y mayores durante décadas, y que hoy los podemos considerar casi como un tesoro que tiene la Humanidad.

En el libro que verás en esta página, puedes encontrar muchos de los cuentos de los hermanos Grimm. Algunos muy famosos, como los que ya hemos mencionado y otros menos conocidos. Muy probablemente, si tienes afición por los cuentos, te gustará.

Palabra magica
Hoy la palabra mágica es música. Aquí tienes unas cuantas páginas de música, interpretadas con un instrumento que, seguro que conoces y que se parece mucho al que pudo construir nuestro protagonista. Recuerda lo que dice el texto:

Si llegaba a una montaña en la que había madera secada por el viento, se sentaba y se tallaba una flauta. Y todas las canciones que el viento soplaba a través de la montaña, las sacaba el muchacho con acierto de la madera de la flauta.

Música con flauta 1
Música con flauta 2

¿Te imaginas que alguno de estos profesionales de la música haya empezado como el chico del cuento? ¿Por qué no? Porque nuestra palabra de hoy sí que es absolutamente mágica. Sabes que, además, la música que hoy escuchamos también lleva letras, historias que nos cuenta, como la del muchacho del cuento de Grimm. ¿Conoces alguna que te guste mucho? ¿Sabrías interpretarla, con el instrumento que seguro que sabes manejar: flauta, guitarra, piano, batería…?

Cuentame

Hoy vamos a jugar una gran competición europea: la Champions Grimm. La competición se juega entre dos equipos, que han llegado a la final. Consiste en averiguar cuáles de los siguientes títulos pertenecen a cuentos de los hermanos Grimm. Una vez que toméis las decisiones, hay que contar muy brevemente el argumento de los dos primeros cuentos de Grimm. Podéis comprobar que sabéis mucho de los cuentos de Grimm, en estas páginas:

Canal Lector
Cuentos de Grimm
Rincón castellano

La competición consiste en saber cuáles de los siguientes títulos corresponden a obras de los hermanos Grimm. ¡Atención!, porque se ha colado alguno que no es de ellos. Si conseguís los puntos que se necesitan, sólo os quedará contar el cuento que elijáis. Si lo lográis, ¡enhorabuena! Seréis nombradas o nombrados campeones de la Champions Grimm. ¡Suerte!

1 El frutero que sabía demasiado
2 El sastrecillo valiente
3 La bella durmiente
4 La casa de Tócame Roque
5 Blancanieves
6 Caperuza naranja
7 Hansel y Gretel
8 Cenicienta

Autor

Janosch

El verdadero nombre del autor es Horst Eckert.  Janosch es un seudónimo que le sugirió su amigo el editor,  George Lenz.
Janosch nació el 11 de marzo de 1931 en una ciudad fronteriza llamada actualmente Zaborne (Polonia).
Es escritor e ilustrador, sus libros se caracterizan por el humor.
Los primeros años de su vida los pasó con sus abuelos. Fue al colegio hasta los 13 años. Después trabajó en una herrería y en una fábrica de telas.  Marchó a Munich y allí estudio arte, aunque no termino la carrera.  Todos los libros los firma con sus seudónimo.
Desde 1980 vive en Tenerife (España).
Ha recibido varios premios.

Nuestro observatorio

Más datos biográficos y curiosidades sobre Janosch en Biblioteca virtual y en su página web.

BIbliografía 

Ofrecemos, a continuación, una selección de libros del autor  tomada de  Canal Lector.

Nada más. María Elena Walsh. Arrayán Editores

14 Nov

antologiapoesiainfantilarrayan

Con esta moneda
me voy a comprar
un ramo de cielo
y un metro de mar
un pico de estrella
un sol de verdad
un kilo de viento
y nada más.

VV.AA. Compilación de Dorys Zeballos. Antología de poesía infantil. Arrayán Editores

 Propuestas para mediadoras y mediadores

RECURSOS

Texto
¡Cuántas cosas se pueden hacer con una moneda! Gracias a María Elena Walsh, la autora de esta poesía, sabemos que la lectura nos da casi lo que pidamos. Sólo hace falta imaginar, soñar, ilusionarnos, ver sitios  maravillosos y conseguir lo que pensamos. Tampoco quiere la autora cosas carísimas: no dice ese coche fantástico, ni esa casa de lujo, ni una consola de supervideojuegos, ni la televisión más grande de la ciudad… No. Lo que sí podemos hacer, cuando leemos textos como esta poesía es, gracias a nuestro ordenador, ver cosas preciosas. Algunas de las que habla la poesía. 

¿Quieres venir de viaje y lo vemos? Dicen dos versos:

me voy a comprar
un ramo de cielo

¿Cómo será ese ramo? ¿Cómo podremos hacerlo? ¿Qué cosas maravillosas de lo que vemos en el cielo habrá? No te lo pierdas. Mira al cielo un ratito, cuando haya una luz preciosa. ¡Y también esta noche! No dejes de mirar el cielo esta noche. Vamos a hacer una pequeña trampa y nos escapamos un poco antes. Fíjate qué suerte poder ver el cielo aquí, en el ordenador. A lo mejor consigues reconocer algo que hayas visto en la realidad, allí arriba, en el cielo que tú conoces.

Y seguimos leyendo otro verso. Y viajando con la poesía. Dice la autora que con esa moneda del principio también se va a comprar

y un metro de mar

¿A que sabes lo que mide un metro? Pues esa medida es la que dice la autora que se va a comprar con una moneda. Porque, si lo conoces, si conoces el mar, también puedes soñar, imaginar. Vamos a verlo un poquito aquí, en tu pantalla. Ya verás cómo, si lo intentas, a lo mejor hasta recuerdas el olor a mar.

Vamos, vamos. No te quedes atrás, que seguimos viajando por los versos:

Un pico de estrellas

Es como entrar en el firmamento. ¿Qué estrella eliges? ¿Dónde está? ¿La verás esta noche? ¿Te acordarás de cómo era? A veces, las estrellas las vemos de otra manera. Cuando nos damos un trastazo, por despiste y luego nos sale un chichón, también vemos las estrellas. Pero son otra muy distintas, ¿verdad? Pues nada, fíjate sólo en estas y las del cielo que ves.

Y en marcha. Si hace calor, cómprate una buena gorra, que vamos a ver al astro con el que podemos vivir: el sol. Nos lleva la autora, con un verso, a comprar, con esa moneda, un sol de verdad

Qué calor en verano, pero qué solecito tan rico en el frío invierno.

Palabra magica
Hoy la palabra mágica es comprar. Sí, nos vamos de compras. Pero es un día especial y son unas tiendas y unos almacenes muy particulares. No necesitas llevar monedero ni cartera, ni bolsillos, ni nada, porque no llevaremos dinero. Ya has visto lo que María Elena Walsh, la autora de la poesía que has leído, compra con una sola moneda.

 Ahora te toca a ti. Ya no nos queda lo siguiente: ni un ramo de cielo, ni un metro de mar, ni un pico de estrella, ni un sol de verdad, ni un kilo de viento. Pero seguro que tú puedes encontrar cosas, muchas cosas, que podrás comprar con esa moneda mágica y maravillosa. A nosotros, por ejemplo, se nos ha ocurrido que compraremos alimentos, muchos alimentos, para que los niños y las niñas no pasen hambre. También pensamos que podemos comprar todas las armas que hay en los países que están en guerra, para que desaparezcan. Y todavía nos queda, con esa moneda, comprar abrazos para que la gente en guerra se los dé sin parar. Y como la palabra y la moneda son mágicas, nos ha dado para que la gente cuidemos nuestro medio ambiente, o sea, de nuestro planeta. Hemos comprado árboles, muy pequeños todavía, para que crezcan. Y esperaremos a verlos grandes, porque para eso sólo hay que cuidarlos un poco y eso es gratis. Así que nos queda mucho para comprar con esta moneda mágica.

 Escribe tú ahora lo que creas que sería maravilloso tener, con esa moneda mágica. Pon los textos con letra clara, como si lo tuvieras que presentar en una sala al público. Puedes dibujar imágenes y, si pudieras, hasta algo de la música que elijas.

Cuentame
La autora nos ha llevado de compras, hoy, con esa moneda mágica. No podíamos ni imaginar qué íbamos a tener.

Pero ahora vamos a salir de la poesía y nos trasladamos, como si la magia actuara con una varita, a nuestra realidad. Podías contarnos, y si pudieras ilustrar tu cuento sería fantástico, cómo fue tu última salida de compras. ¿Dónde fuiste? ¿Con quién ibas? ¿Qué ibas a comprar? ¿Cuánto dinero llevabas? ¿Crees que todo el mundo: tus amigas, amigos, compañeras y compañeros de tu centro escolar, vecinos, la gente con que te rodeas y conoces, puede hacer lo mismo que tú? ¿Crees que los problemas económicos, los que hay en nuestro país y en el mundo entero, están afectando a nuestra vida diaria? ¿Quiénes crees que son las personas más afectadas por esta crisis mundial?

 Podías llamarlo El cuento de mi compra, o ¿Quién me compra mi cuento?, o ¿Cuánto cuesta un kilo de viento? O lo que a ti se te ocurra como título.

Aquí te ofrecemos una dirección, porque este libro quizá te pueda interesar.

En este otro libro, nada es lo que parece

Autor
María Elena Walsh

Nació el 1 de febrero de 1930 en Ramos Mejía (Buenos Aires, Argentina) y murió el 10 de enero de 2011 en Buenos Aires (Argentina).
Su padre era contador del tren, tocaba el piano y cantaba rimas inglesas tradicionales. Su infancia fue feliz en una casa que tenía patios, plantas por donde podía trepar, perros y gatos con los que jugaba y muchos libros y revistas para leer. Le fascino mucho Las mil y una noches. Su familia escuchaba música. Estudió Bellas Artes. Viajo a Estados Unidos y Francia. Grabó varios discos. Se ha dedicado a escribir tanto para niños como para adultos.

Nuestro observatorio

En las siguientes páginas se pueden ampliar la biografía y conocer algunos datos curiosos.

Bibliografía
Se puede consultar bibliografía en Canal Lector  y en Todo Argentina

El cuento de mi vida. Hans Christian Andersen. Ediciones de la Torre

7 Nov

elcuentodemivida

Estaba en la calle. No conocía a nadie, me encontraba totalmente desamparado. De pronto me acordé de que en Odense había leído en los periódicos algo sobre un italiano, de nombre Siboni, que había sido nombrado director del Real Conservatorio de Música de Copenhague. Todo el mundo me decía que tenía buena voz y a lo mejor este hombre estaba dispuesto a ocuparse de mí; si no lo hacía, no tendría otro remedio que buscar aquella misma noche un patrón con el que volver a Fionia. La idea de volver a casa me ponía los pelos de punta y en aquel estado de desesperación me fui a ver a Siboni. Precisamente aquella noche daba una cena en casa, a la que estaban invitados entre otros nuestro célebre compositor, el profesor Weyse, y el poeta Baggesen. A la doncella que me abrió le conté no sólo mis pretensiones de que me contrataran de cantante, sino mi vida entera. Me oyó con el mayor interés y debió repetir gran parte de lo que había contado, a juzgar por lo que tuve que esperar a que volviera. Cuando por fin apareció, la seguían todos los invitados. Todo el mundo me miraba, Siboni me llevó a una sala que tenía un piano y me hizo cantar, mientras él escuchaba atentamente; a continuación recité unas escenas de Holberg y un par de poemas. La pena que me daba lo triste de mi situación hizo que me salieran verdaderas lágrimas, y al auditorio prorrumpió en aplausos.

 “Pronostico que este joven llegará un día a ser alguien”, dijo Baggesen, “pero no te envanezcas cuando el público te dedique sus aplausos”, y luego añadió algo sobre la auténtica naturalidad y lo fácil que era perderla con la edad y el trato de la gente. No entendí todo lo que dijo, pero parece ser que yo tenía un especial talento natural que me convertía en una revelación, por no decir un “fenómeno” verdaderamente original. Yo me creía a pies juntillas lo que la gente me decía y confiaba en la buena voluntad de todos; tenía que decir todo lo que se me pasaba por la cabeza. Siboni prometió educarme la voz y dijo que llegaría a cantar en el Teatro Real. Yo estaba que no cabía en mí de alegría, no sabía si reír o llorar, hasta tal punto que la doncella al despedirme y ver el estado de emoción en que me hallaba, me dio una palmadita en la mejilla aconsejándome que al día siguiente fuera a ver al profesor Weyse, que me había tomado aprecio y que en él podía confiar.

Hans Christian Andersen. El cuento de mi vida. Ediciones de la Torre.

Propuestas para mediadoras y para mediadores.

RECURSOS

Texto

Las autobiografías son como secretos que nos desvelan sus autores. ¡Cuántas veces hemos leído los cuentos de Andersen! ¡Y cuántas nos los han contado! ¿Quién no recuerda a aquel patito, de color gris, tan distinto a los otros patitos, sus hermanos, que aparecieron como preciosidades, que iban detrás de su madre, la orgullosa pata? Pero aquel patito no. Él sabía lo que todos también sabían y, además, lo dijeron: es un pato muy feo. Era El patito feo.

¿Y os acordáis de aquel emperador, que era tan presumido y le gustaban tanto los trajes? Sí, aquel emperador que tenía que ponerse un traje nuevo todos los días. Lo que supieron unos caraduras, que pensaron: a este emperador lo vamos a camelar. ¡Ya verás el traje que le vamos a vender! Ese timo que sólo se atrevió a desvelar un niño. Fue el único que dijo la verdad: “pero si el emperador no lleva nada”. Y el pueblo entero y luego el emperador se dieron cuenta de que el niño decía la verdad. Y por eso el cuento se llama El traje nuevo del emperador.

Y con algunos hemos llorado, La vendedora de fósforos

Porque los cuentos tan perfectos como éste de La vendedora de fósforos o La pequeña cerillera y muchos de los que escribió Hans Christian Andersen no tienen edad, ni época. Son historias eternas que perdurarán mientras los seres humanos tengan la capacidad de imaginar, de soñar, de reír, de llorar, de leer, de compartir y de ayudar.

Tenía razón aquel poeta Baggesen, cuando dijo “pronostico que este joven llegará un día a ser alguien”. Pasados años y años, no sería la música. Sería la literatura, la lectura del mundo entero la que convertiría a aquel danés, hijo de un zapatero, en uno de los autores cuyos cuentos han sido leídos por centenares, miles de generaciones. Y ahí seguirán, para que otros miles de hombres y mujeres disfruten con su literatura.

          
Palabra magica
Hoy la palabra mágica es confiar. Sí, fue la doncella de Siboni, el recién nombrado director del Real Conservatorio de Música de Copenhague, quien le dijo a Andersen que: “al día siguiente fuera a ver al profesor Weyse, que me había tomado aprecio y que en él podía confiar”. Gracias a esa palabra mágica empieza un largo camino, con gran fama como escritor en Europa. Más que en su propio país. Pero sí recibió, en vida, el reconocimiento del rey de Dinamarca, en 1866. 

Lo que sí tenemos es la suerte de que se creara el mejor premio, con su nombre, a las escritoras y escritores más destacados de la literatura infantil y juvenil. Desde 1956 se concede cada dos años y, desde 1966, también se concede a la ilustración de este tipo de libros.

En esta página, verás a todos los premiados y encontrarás más información sobre este premio.

Cuentame
Hoy tienes dos posibilidades, para que elijas la que prefieras: ¿te acuerdas de algún cuento de Andersen? Dinos el que más te guste y cuéntalo, como si fuera, para nosotros, la primera vez que lo oímos.

 La segunda posibilidad es crear tú un cuento. Hay facilidades que Andersen no tenía: los medios de comunicación eran más limitados, otros no existían y algunos no se podían ni imaginar.

 Hoy dispones de cosas fantásticas y depende sólo de tu imaginación. También viene muy bien ejercitar la memoria, antes de empezar a construir ese edificio que se logra con el tiempo. Piensa que el texto de Andersen que has leído se llama El cuento de mi vida. ¿Por qué no le pedimos prestado al gran autor ese título y empezamos el nuestro? Sí, el cuento de esa vida que, día a día, llevamos y donde van ocurriendo muchas cosas; algunas nos llaman la atención y las consideramos muy importantes; son esas que irán apareciendo en tu cuento. Si te parece una ayuda, aquí tienes diferentes ideas que te pueden servir para lograr tu cuento. A ver si consigues algo fantástico y, al final, resulta que has encontrado tu forma de trabajar y disfrutar, en un futuro. Ojalá que, dentro de un tiempo, leamos, con tu nombre, ese maravilloso cuento que hoy puede empezar. ¡Mucha suerte!

1 Busca un cuaderno o abre un archivo, que colocarás en el escritorio de tu ordenador, para acceder a él muy fácilmente.

2 Empieza a anotar las ideas que recuerdes y que te parezcan interesantes, para escribir tu cuento, sobre alguna de ellas. Es bueno hacerse una serie de preguntas y escribirlas. Luego se irán resolviendo  poco a poco, según vayan apareciendo las respuestas a esas preguntas. 

 3 No hace falta que, cuando empezamos un cuento, pensemos que tiene que ser muy largo o muy corto. Solamente cuando se empieza a escribir se va viendo lo que se necesita decir.

4 En esa interesante historia que se te ha ocurrido o has recordado, ¿sólo estás tú como personaje o hay más personas que vivieron esos momentos contigo? No creas que estorba tener una lista de los personajes que van a intervenir en tu cuento. Pueden ser unos, al principio pero, luego, a lo mejor desaparecen y se incorporan otros. Todo eso se comprobará, según se va escribiendo.

5 En cuanto a tu estilo de escritura, piensa que tú tienes el tuyo propio. No intentes imitar otros que no conoces. Procura que tus palabras no sean las más difíciles, esas que parece que son muy importantes, porque no las entiende nadie. Si hay algo necesario cuando escribimos es la naturalidad. Lo que verdaderamente casi nos sale del corazón. Eso no quiere decir que no inventemos. Claro que una historia puede ser perfectamente inventada por ti. Es tu imaginación la que contará lo que vaya sucediendo.

6 No olvides el “dónde”. En qué lugar suceden los acontecimientos que vas a narrar en tu cuento. Esto es muy necesario para quienes te van a leer.

7 Hay dos palabras muy importantes, cuando escribimos algo (si queremos que la gente lo lea y le guste). Esas palabras son: sencillez y honestidad. Que tu historia se sienta como verdadera, aunque sea inventada.

8 Según vayas escribiendo, es importante que revises lo que has escrito. Probablemente encuentres errores que, siempre, se pueden corregir. “Pero bueno. Si este personaje no vive aquí”. Cosas como esas o parecidas te sucederán a menudo.

9 ¿Tienes escrita ya alguna idea que se pueda leer? A lo mejor, si lees lo que has escrito a alguien de quien te fíes de verdad, puede hacerte sugerencias, preguntarte dudas, confirmar lo que más le guste o lo que menos, etc.

10 Pues bien. Has empezado un nuevo camino. El de escritora o escritor de cuentos. ¿Y si resulta que te encanta y quieres escribir más? ¿Y si has descubierto una afición para la que vales y obtienes una enorme satisfacción? ¿No es cierto que sería estupendo para ti y para quienes te leen o te escuchan?

Mucho ánimo y que te salga muy requetebién.

 Autor

Hans Christian Andersen

Nació el 2 de abril de 1805 en Odense (Dinamarca) Su padre era zapatero con muy pocos recursos y su madre trabajaba de lavandera. El padre murió cuando Hans tenía 11 años y no pudo acabar sus estudios. Se marcho con 14 años a Copenhague a probar suerte cuando su madre se casó de nuevo. 

Consiguió una beca gracias al interés del director de un teatro y así pudo seguir sus estudios. Comenzará a publicar sus primeros relatos.  Viajará mucho. Escribió 164 cuentos. Sus libros son libros para niños pero también gustan a los adultos.

Se creó en Dinamarca un Premio de literatura infantil con su nombre.

 Nuestro observatorio
Se puede ampliar su biografía en Babar

Bibliografía 

Ofrecemos, a continuación, otros libros del autor en  Canal Lector.