Archivo | junio, 2013

Los sueños del sapo. Javier Villafañe. Ed. Colihue

26 Jun

suenossapo

Una tarde, un sapo dijo:
-Esta noche voy a soñar que soy árbol-. Y dando saltos, llegó a la puerta de su cueva. Era feliz; iba a ser árbol esa noche.
Todavía andaba el sol girando en la rueda del molino. Estuvo un largo rato mirando al cielo. Después bajó a la cueva; cerró los ojos y se quedó dormido.
Esa noche el sapo soñó que era árbol.
A la mañana siguiente contó su sueño. Más de cien sapos lo escuchaban.
-Anoche fui árbol –dijo-; un álamo. Tenía nidos. Tenía raíces hondas y muchos brazos como alas; pero no podía volar. Era un tronco delgado y alto que subía. Creí que caminaba, pero era el otoño llevándome las hojas. Creí que lloraba, pero era la lluvia. Siempre estaba en el mismo sitio, subiendo, con las raíces sedientas y profundas. No me gustó ser árbol.
El sapo se fue; llegó a la puerta y se quedó descansando debajo de una hoja de acelga.
Esa tarde el sapo dijo:
-Esta noche voy a soñar que soy río.
Al día siguiente contó su sueño. Más de doscientos sapos formaron rueda para oírlo.
-Fui río anoche –dijo-. A ambos lados, lejos, tenía las riberas. No podía escucharme. Iba llevando barcos. Los llevaba y los traía. Eran siempre los mismos pañuelos en el puerto. La misma prisa por partir, la misma prisa por llegar. Fue una lástima. No vi una sola sirena; siempre vi peces; nada más que peces. No me gustó ser río.
Y el sapo se fue. Volvió a la huerta y descansó entre cuatro palitos que señalaban los límites del perejil.
Esa tarde el sapo dijo:
-Esta noche voy a soñar que soy caballo.
Y al día siguiente contó su sueño. Más de trescientos sapos lo escucharon. Algunos vinieron desde muy lejos para oírlo.
-Fui caballo anoche –dijo-. Un hermoso caballo. Tenía riendas. Iba llevando un hombre que huía. Iba por un camino largo. Crucé un puente, un pantano; toda la pampa bajo el látigo. Oía latir el corazón del hombre que me castigaba. Bebí en un arroyo. Vi mis ojos de caballo en el agua. Me ataron a un poste. Después vi una estrella grande en el cielo; después el sol; después un pájaro que se posó sobre mi lomo. No me gustó ser caballo.
Otra noche soñó que era viento. Y al día siguiente, dijo:
-No me gustó ser viento.
Soñó que era luciérnaga, y dijo al día siguiente:
-No me gustó ser luciérnaga.
Después soñó que era nube y dijo:
-No me gustó ser nube.
Una mañana los sapos lo vieron muy feliz a la orilla del agua.
-¿Por qué estás tan contento? –le preguntaron.
Y el sapo respondió:
-Anoche tuve un sueño maravilloso. Soñé que era sapo.

Javier Villafañe. Los sueños del sapo.  Ed. Colihue .

RECURSOS

Propuestas para mediadoras y para mediadores.

Texto

¿Qué crees que le pasa, en realidad, al pobre sapo? Pues toda la lectura se basa en algo que no se puede ver: sus sueños. ¿Y por qué soñaba?

La respuesta es muy fácil. Tú la sabes. Porque se sentía muy feo. Y la verdad es que al sapo siempre se le ha considerado un animal feo. Imagina la diferencia con un gato, un perro, un hámster, un conejito ¡o incluso una rana! Pero un sapo… Aquí lo tienes.

Aunque no a todo el mundo le sucede eso. Hay gente que adora a todos los animales, ¡incluido el sapo! Lee si no este libro, Noche de sapos, que habla de Jon, un niño que decidió tener uno en casa (y hasta se lo permitieron).

Lo que sí es cierto, porque lo hemos oído y, a lo mejor incluso dicho, es esta frase: ¡Es más feo que un sapo!

Y el sapo lo sabía. Quería ser hermoso. Y por eso sueña, imagina, tiene ilusiones. Sueña, sobre todo, con lo que hay a su alrededor.

Y soñó que era un árbol. No un árbol cualquiera.

-¿Y fue maravilloso ser árbol en vez de sapo?

-¡Noooo! Aquí empiezan los problemas de los sueños del sapo.

Y llega su primer no. Sí, eran árboles maravillosos, pero a él no le gustaba cambiar su vida de sapo por la de árbol. “No me gustó ser árbol”
Y a su lado también había cosas extraordinarias, además del árbol. Pasaba, ni más ni menos, que un precioso río.
Soñó que era árbol, río, caballo, viento

Lo que sí conseguía el sapo era algo fantástico, que seguro que tú conoces. ¿Has ido alguna vez a una sesión de animación a la lectura? Intenta hacer memoria y, a lo mejor, recuerdas alguna en que estabas rodeada o rodeado de sapos, cientos de sapos. ¿Sería un sapo el contador de historias? Porque lo que sí lograba el sapo, quizá sin saberlo, es la magia de las historias, de los cuentos. Allí se arremolinaba todo el mundo para escucharlo.

Pero nada le gustaba. ¿Sería que el sapo era un gruñón, un inconformista, que no iba a haber en toda la faz de la Tierra algo que le gustara?

Pues sí. ¡Claro que lo había! Y por eso estaba tan contento cuando lo encontraron los amigos sapos, por la mañana, en su lugar habitual, a la orilla del agua. Cuando le preguntaron, el sapo respondió:

-Anoche tuve un sueño maravilloso. Soñé que era un sapo.

Palabra magica

La palabra mágica hoy es Yo. Sí. Hoy la palabra mágica parece la más fácil del mundo. Porque es la nuestra. La de cada una y cada uno de nosotros. Yo. ¿Hay alguna palabra que diga mejor quiénes somos? Pero ¿nos gusta cómo somos o nos gustaría, como al sapo, ser diferentes?

Sugerimos la visita a Canal Lector  donde se pueden ver biografías de personajes interesantes.

Cuentame.

Esta historia del sapo, de Javier Villafañe, nos permite también soñar, imaginar. Fíjate en algunos animales.
¿Cuál te gustaría ser? ¿Por qué?

Pero lo bueno que tiene imaginar, soñar es que podemos ir donde queramos. ¿Adónde te gustaría ir si pudieras?

Relacionar con libros de aventuras por ejemplo en la selva.

Autor

 Javier Villafañe

Nació el 24 de junio de 1909 en Buenos Aires (Argentina) y murió el 1 de abril de 1996  en Buenos Aires.
Fue poeta, escitor y  titiritero. Con su carreta La Andariega viajó por Argentina y varios países americanos realizando funciones de títeres.  Se fue a  Venezuela donde, trabajando para la Universidad de Los Andes, fundó un Taller de Títeres para formar artistas de esa disciplina. En 1978, con el auspicio del gobierno venezolano, repitió su experiencia trashumante en el Viejo Continente.  Recorrió España con un teatro ambulante y volvió en 1984 a su país, Argentina.

Nuestro observatorio

En las siguientes páginas se puede ampliar la biografía y consultar diferente material de documentación sobre Villafañe.

Bibliografía

Muchos de sus libros se pueden ver en Imaginaria.

Tristes guerras. Miguel Hernández. Ed. Espasa

20 Jun

cancionero y romancero

Tristes guerras
si no es amor la empresa.
Tristes, tristes.

Tristes armas
si no son las palabras.
Tristes, tristes.

Tristes hombres
si no mueren de amores.
Tristes, tristes.

Miguel Hernández, Cancionero y romancero de ausencias. Ed. Espasa

Propuestas para mediadoras y mediadores

RECURSOS

Texto

El poema que acabamos de leer parece que va recorriendo la historia del poeta, marcada por una guerra atroz, en la que murieron más de doscientas mil personas, en España, durante los años 1936 a 1939.

En el texto, Miguel Hernández no renuncia a emplear palabras como guerras, armas, morir. Ni dice que no existan. Pero lo que no encontramos, porque no la hay, es violencia, ni sangre, ni disparos, ni cañones, ni pistolas… Todas esas armas son tristes, porque sólo generan el adiós de los seres humanos a lo único que tenemos y por lo que hay que seguir: la vida. La nuestra y la de quienes nos rodean en este planeta.

Las únicas armas que admite el poeta son las palabras. Por supuesto que podemos discutir, discrepar, debatir y todas esas palabras que conocemos como palabras sinónimas. Pero ¿es necesaria la violencia para imponer nuestras ideas?

Lo único que provocan las guerras es tristeza, desolación, desaparición, soledad, adiós a la vida. Todo por unas ideas que alguien tiene y quiere que los demás obedezcan y compartan. Pero gracias a la violencia. A la muerte del contrario, para que uno gane. ¿Gane qué?

Palabra magica

Tristes guerras
Si no es amor la empresa.

La palabra mágica hoy es amor. Es sobre la que gira todo el poema. Junto a ella están las palabras y los amores.
En el lado opuesto están: guerras, armas, tristes.

La palabra es nuestro instrumento fundamental para ser nosotras mismas o nosotros mismos. ¿Sabes lo que significa, en este caso, la palabra empresa? En el poema, como puedes imaginar, no tiene nada que ver con lo que hoy estamos tan acostumbrados a leer y oír de esa palabra.
Veamos lo que nos dice el diccionario.
El diccionario de la RAE define así:  Unidad de organización dedicada a actividades industriales, mercantiles o de prestación de servicios con fines lucrativos.
Es decir, para obtener un dinero, cuando se vende el producto que se crea.

En la poesía de Miguel Hernández, empresa tiene otro significado, que también aparece en el Diccionario:  Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear.

Y esta otra: Sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo.

Lo que el poeta proclama es que el amor no es fácil. Claro que sabemos y conocemos esa frase: “Morir de amor”. En la Literatura, en la Historia, en el Cine, en la Música…

Cuentame

Has visto, leído, hablado sobre esta palabra mágica que hoy hemos elegido. Ahora te toca a ti. Es tu momento. Cuéntanos algo de tu experiencia del amor. ¿Has estado enamorada o enamorado? ¿Cuándo te ocurrió el paso de la magia de esa palabra? ¿Cómo se llamaba tu enamorado o enamorada? ¿Qué le dijiste? ¿Dónde fue? ¿Recuerdas el lugar exacto donde ocurrió? ¿Fue un momento o duró un tiempo vuestro enamoramiento? ¿Qué es hoy de ella o de él? ¿Os seguís viendo o fue sólo de aquella época? ¿Sigues creyendo en el amor?

También habla el poeta de la tristeza. ¿La has sentido? Dinos cuáles fueron esos momentos de la pena por lo que has perdido.

Si hojeas el periódico o ves las noticias de la televisión, compruebas a diario que, por desgracia, los seres humanos nos empeñamos en hacer sufrir a la Humanidad. Es muy raro el día que no vemos guerra y lágrimas y dolor por los que se van para siempre. Los que mueren por las armas y no de amor.

¿Qué frase escribirías con letras muy grandes, que se tradujera a todos los idiomas que hay, para que no existiera la guerra?

¿Cuál sería tu palabra preferida para sustituir a la palabra guerra?

Aquí puedes ver palabras y música de tristeza. Intenta escribir unas líneas, en prosa o en verso, acompáñalas con música (pon siempre la referencia de dónde están tomadas) y crea tu propio texto. Si crees que te ha salido bien, compártelo con gente a la que quieras de verdad. Te dirán lo que les ha parecido.

Autor

Miguel Hernández

Nació en Orihuela (Alicante, España) el 30 de octubre de 1910. Murió en Alicante el 28 de marzo de 1942

Fue pastor de cabras y descubrió su vocación de escritor cuando era joven. Le gustaba mucho leer y fue un gran lector.  Comienza a publicar poemas en varios periódicos alicantinos. Se traslada a Madrid (España) en 1934. Fue amigo de Pablo Neruda,  Vicente Aleixandre y Rafael Alberti, entre otros. Al estallar la guerra civil española, se alistó como voluntario a favor de la causa republicana. Se casó en 1937 con Josefina Manresa.
Paso en poco tiempo por distintas etapas literarias que se relacionan con sus datos biográficos: muerte de su primer hijo, nacimiento del segundo cuando la guerra toca a su fin, su encarcelación…
Al terminar la guerra comienza para Miguel Hernández una larga peregrinación por distintas cárceles españolas, muriendo en una de ellas de  tuberculosis pulmonar aguda.

Nuestro observatorio

En las siguientes páginas se puede ampliar la biografía y consultar diferente material de documentación sobre Miguel Hernández.

Bibliografía

Ofrecemos una selección de libros del autor, tomada de Canal Lector:
Poemas y canciones.
Miguel Hernández. 25 poemas ilustrados

Las tres plumas. Joan Manuel Gisbert. Editorial Bruño

13 Jun

companero_de_suenos

Cuando Clara cumplió los ocho años, su padre le dijo que ya tenía edad para atravesar el bosque sola. Así podría ir a llevarle a la abuela cada semana una buena cantidad de las frutas silvestres que encontraba.
Pero el bosque era tan espeso que impresionaba. Le daba miedo a Clara, y se lo dijo a su padre.
-No te preocupes. Las aves te darán lo que necesitas.
Su padre llamó al cuervo y le preguntó:
-Cuervo amable, ¿le darás una de tus plumas a Clara?
El cuervo se arrancó una pluma negra y se la dio.
-¿Qué voy a hacer con ella? –quiso saber la niña.
-Te dará valor. No tendrás miedo en el bosque –respondió su padre.
-No es bastante –dijo Clara-. Me perderé.
Entonces el buen hombre llamó a la golondrina, y la golondrina acudió.
Le dijo el padre:
-Golondrina amable, ¿le darás una de tus plumas a Clara?
-La golondrina se arrancó una pluma gris y se la dio.
-¿Qué voy a hacer con ella? –preguntó la niña.
-Te ayudará a orientarte. No te perderás en el bosque –dijo el padre.
-No es bastante –dijo Clara-. Me cansaré.
Entonces el padre llamó a la urraca, y la urraca apareció. Le dijo el nombre:
-Amable urraca, ¿le darás una de tus plumas a Clara?
El ave se quitó una pluma azul y se la dio.
-¿Qué voy a hacer con ella? –dijo la niña, aunque ya lo adivinaba.
-Te dará fuerza y vigor. No te cansarás en el bosque.
A continuación, le puso las tres plumas en el pelo y le dijo:
-Ya estás preparada. En marcha. No te toques las plumas por nada. Las llevas muy bien colocadas. No se te caerán.
Convencida de que las plumas la protegerían, Clara se puso en camino a través del bosque.
Pasado un rato, el cuervo se sintió molesto a causa de la pluma que le faltaba y decidió recuperarla.
Sin que Clara lo notara, pasó volando sobre su cabeza y se la llevó.
A la niña le pareció sentir miedo, pero se dijo:
-No puedo tenerlo. La pluma negra de cuervo que llevo en el pelo no deja acercarse al miedo.
Y el miedo se le quitó. Siguió andando.
Más tarde, la golondrina notó que volaba mal a causa de la pluma que le faltaba y decidió ponérsela otra vez.
Sin que Clara se diese cuenta, pasó volando por encima de su cabeza y se la quitó.
En aquel momento, la niña temió estarse perdiendo en el bosque, pero pensó:
-No puedo perderme. La pluma gris de la golondrina está en mi pelo. Voy bien orientada.
Tenía razón. Lo estaba. Siguió andando sin preocupación.
Más adelante, la urraca se miró en un lago y no le gustó nada a causa de la pluma que le faltaba. Sin que Clara lo advirtiera, pasó volando sobre su cabeza y la recuperó.
En aquel momento, la niña se se sintió muy cansada y temió no poder dar ni un paso más, pero se dijo:
No puede ser. La pluma azul de urraca que llevo en el pelo me da vigor y fuerza. No estoy cansada.
Y siguió andando con más ánimo que antes.
Ya era media tarde cuando un rayo de sol atravesó las copas de los árboles y alcanzó a Clara.
La niña vio su sombra proyectada y se alarmó:
¡En su pelo no estaba ninguna de las tres plumas! Se llevó las manos a la cabeza y comprobó el desastre. De pronto, todos los miedos le volvieron. El bosque la asustaba y se sentía perdida y muy cansada, incapaz de dar ni un paso más.
Casi a punto de llorar, quieta en el sitio, miró adelante. Al momento, el gran susto se le pasó.
¡Ya se veía la casa de la abuela! ¡Había cruzado el bosque! Clara se dijo en seguida:
-Seguro que las plumas se me cayeron al poco de haber echado a andar. ¡He hecho todo el camino sin ellas, ya no las volveré a necesitar!
Y echó a correr llamando a la abuela.

Joan Manuel Gisbert.  Compañeros de sueños. Ed. Bruño

Propuestas para mediadoras y para mediadores.

RECURSOS

Texto

A lo mejor, esta lectura te recuerda a una que leíste o escuchaste, cuando tenías menos años. ¿La recuerdas?
Sí, exactamente. Te acuerdas. Era Caperucita roja. Aquí puedes encontrar cuentos de los autores más conocidos
Cuentos de Perrault
Caperucita y otros cuentos de los Hermanos Grimm

En este texto, Joan Manuel Gisbert nos cuenta la historia de Clara, que también iba a ver a su abuelita. Aunque aquí no va a llevarle una tartita. Le llevaría unas cuantas frutas silvestres.

Clara vio el bosque y tuvo miedo. ¿Y quién no lo tendría? Si quieres pasar miedo, pero miedo de verdad, aquí te ofrecemos algunos títulos de libros, para que los leas cuando estés cerca de alguien que te ayude:
La cala del muerte
Monstermanía. Todo lo que necesitas saber sobre fantasmas, hombres lobo, brujas y vampiros 

Cuando Clara tuvo miedo, se lo dijo a su padre y fue él quien pensó la solución. Él era amigo de las aves y estas ayudarían a su hija en el tenebroso bosque. El cuervo, la golondrina y la urraca conseguirían, si prestaban una pluma cada una, que su hija atravesase aquel bosque. Clara iba a tener así: valor, orientación, fuerza.
El cuervo, la golondrina y la urraca conseguirían, si prestaban una pluma cada una, que su hija atravesase aquel bosque. Clara iba a tener: valor, orientación y fuerza.
Lo que sí parece es que aquel padre y aquella hija, Clara, tenían una fantástica relación. Confiaban los dos.

¿Podrían lograr que algo tan simple, tan sencillo como unas plumas lograr esas cosas mágicas? No, no eran las plumas de cuervo ,golondrina y urraca. Eso pertenece a la magia que tiene la literatura. En este caso, el precioso texto de Joan Manuel Gisbesrt nos presenta el amor en una familia que se quiere y por ello confían.
Muchas veces, en la familia, en los amigos, en los vecinos y en nosotros mismos hemos escuchado esta frase:
¡Es que no me fío de él (o de ella)! Yo creo que me está engañando.
Y cuando eso sucede, es posible que la relación se acabe. Aunque esto no ocurría con Clara y su padre.

Sucedieron muchas cosas en aquel camino por el bosque. E incluso Clara perdió lo más preciado que llevaba: las plumas que su padre consiguió de las aves, por su amistad con ellas.
Cuervo
Golondrina
Urraca

Palabra magica

La palabra mágica de hoy es seguir.

El cuervo recuperó su pluma negra y Clara se quedó sin ella. Pero siguió andando. La golondrina decidió volver a ponerse su pluma, para volar mejor y Clara se quedó sin ella. Pero siguió andando. La urraca, después, también se llevó su pluma azul. Pero Clara siguió andando. Muchas fueron las complicaciones que tuvo Clara. Puede resultar terrible perderse en el bosque y lo sabía. Pero siguió andando.

Las cosas que hacemos, que pensamos, que queremos no siempre salen como nos gustaría que saliesen.
“Me he pasado todo el día haciendo esto y ¡mira! Se ha ido a la porra. ¿Por qué? ¡Se acabó! Ya no lo hago más.
¡No hay derecho! ¡Es una injusticia! Lo había preparado perfectamente y ¡mira! Lo he perdido todo.
No hay solución. Lo siento, pero estoy harta (o harto). Ya no sigo. Me da igual lo que pase”.

Esto lo has dicho o lo has oído muchas, muchísimas veces. Pero lo que recomendamos  Clara y nosotros es nuestra palabra mágica de hoy: seguir. “Y siguió andando con más ánimo que antes” –dice el autor del texto. Ya no había plumas que la guiasen. Estaba a punto de llorar por el desastre que ocurrió al perder sus guías. Su GPS que la llevaba donde quería, ese mapa de navegación que le dieron las aves con sus plumas.

Pero atención: Clara lo consiguió y allí, adelante, pasaron los miedos y el gran cansancio. ¡Ya se veía la casa de la abuela! Y fue entonces cuando se dio cuenta de que nunca más necesitaría aquellas plumas. Lo había logrado ella sola.

Cuentame

¿Cuál ha sido tu hazaña más difícil? ¿Cuándo has sentido miedo de verdad? ¿Has tenido que ir a perseguir, en la noche más oscura, a esos terribles fantasmas, que sólo existen en nuestra mente? ¿Iba con su sábana, aterrorizando a toda la casa?

Dependiendo del grado de maduración de los lectores, podemos tratar determinados temas.

De los siguientes miedos que muchos y muchas hemos sentido o sentimos, escribe, en este cuadro, cómo puntuarías los miedos, de 1 a 5. El que más miedo te da es un 5 y un 0, el que menos.

Nuestros miedos

Animales

Daño físico a tu cuerpo

Tormentas

Tu aspecto físico

La muerte

No tengo miedo a nada

Los niños de 9 a 12 años
-Miedos que disminuyen: separación de los padres, oscuridad, seres imaginarios y soledad.
-Miedos que se mantienen: animales, daño físico y tormentas.
-Miedos que aumentan: escuela (exámenes, suspensos), aspecto físico, relaciones sociales y muerte
.
Los miedos

Autor

Joan Mnuel Gisbert

Nace en Barcelona el 16 de abril de 1949. Estudió Ingeniería Técnica Eléctrica. Se da cuenta que su vocación es la de escritor después de varios trabajos. Residió en París y estudió técnicas teatrales. Vuelve a Barcelona como director de un grupo de teatro alternativo. Realiza encuentros con lectores.  Escribe guiones para la televiisón e imparte cursos a profesores.
Ha recibidos varios premios.

El autor dice de sí mismo: «Soy y quiero ser un transformador de historias, alguien que mezcla hechos reales e imaginarios, y los cuenta al oído de las gentes, cuando el atardecer viene más oscuro que otras veces y el viento toma voz entre las ramas de los árboles.»

Nuestro observatorio

En la siguiente página web del autor se pueden ampliar datos biográficos y curiosidades.

Bibliografía 

Ofrecemos, a continuación, una selección de libros de Joan Manuel Gisbert  tomada de  Canal Lector.

El perro Bobby. Luigi Malerba. Editorial Espasa Calpe

6 Jun

hipotenusa

Bobby se ponía detrás de la puerta de cristales de la cocina y miraba a los dueños mientras comían. Bobby tenía hambre y frío, pero sobre todo mucha hambre, porque los dueños al terminar de comer, le daban alguna corteza de queso, algún huesecito de pollo y nada más. Así que Bobby, para llenarse la barriga, tenía que ir a cazar ratones de campo como si fuese un gato, o bien atrapaba al vuelo alguna mosca. Pero su barriga necesitaba otras cosas muy distintas.

Detrás de la puerta de cristales de la cocina Bobby había aprendido a hacer muchas muecas para impresionar a los dueños, que la verdad es que no se impresionaban nunca. Se lamía los bigotes, inclinaba la cabeza a un lado y a otro, entornaba los ojos, lloraba, bostezaba, levantaba la pata derecha, levantaba la pata izquierda, sacudía las orejas, movía la cola de diez maneras distintas, había aprendido también a poner una sonrisa triste que hubiera conmovido hasta a los perros. Pero sus dueños no se conmovían, dejaban la puerta cerrada y al final de la comida le daban las sobras de siempre.

Un día pasó cerca de la casa el carruaje de un circo y Bobby se acercó para pedir de comer desarrollando toda su mímica para conmover a los saltimbanquis que estaban dentro del carruaje. Éstos no solamente le echaron de comer desde la ventanilla, sino que se pararon y le hicieron subir con ellos. Bobby, que no estaba nada encariñado con sus dueños, se unió con mucho gusto a los saltimbanquis y desde aquel día trabajó en el circo. Los espectadores se extasiaban ante aquel perro que interpretaba tan bien, se conmovían, se divertían, y Bobby se convirtió en un perro famoso. Un día la lona del circo quedó destruida por un incendio y Bobby fue vendido a una compañía de teatro. En el escenario, Bobby participaba en las comedias de Pirandello, de Goldoni y hasta de Shakespeare. Los espectadores se entusiasmaban con él y los actores terminaron teniendo celos de él y lo echaron.

Bobby formó una compañía de teatro propia junto a otros perros que había encontrado por la calle e interpretó sus escenitas en las plazas de las ciudades y de los pueblos, y la gente, al final del espectáculo, le daba de comer en abundancia, salchichas de cerdo, filetes crudos, pollos asados, tocino ahumado. Un día, Bobby hizo un número también en la televisión y lo vieron veinte millones de espectadores. Sus ex dueños lo reconocieron, lo buscaron, pero cuando lo encontraron, Bobby y sus compañeros les enseñaron los dientes. Los malos dueños tuvieron que volverse a casa con las orejas gachas.

Luigi Malerba. La hipotenusa del elefante y otros cuentos.  Ed. Espasa Calpe

Propuestas para mediadoras y para mediadores.

RECURSOS

Texto

 El autor nos cuenta la vida de un pobre perro, que tenía dueño, pero vivía como si estuviera abandonado. Muchas veces, la vida de los animales es terrible. Esto nos hace preguntarnos: ¿por qué alguien tiene un animal en casa? ¿Para qué y por qué lo quiere tener? ¿Ha pensado lo que significa tener un animal vivo, que necesita cariño, alimento, limpieza, juego, paseo y tantas otras cosas?

Pensemos antes, simplemente, qué cosas necesitamos nosotros para vivir a gusto. Para disfrutar de la vida. ¿Con quién vivimos? ¿Qué pedimos a quienes conviven con nosotros?

Hoy, conocemos a muchas personas que quieren tener una mascota. Porque sí, porque les apetece: tener un perro, un gato, una tortuga, un pez, ¡y hasta un tigre, un león o un oso! Si son pequeños, a lo mejor ni nos devoran ni nada y podemos presumir de ellos.

Lo que sí sabemos es que gran cantidad de animales son abandonados a su suerte, porque ya no nos interesan, nos estorban o por razones que cada una o cada uno saben. Pero el final es trágico. Sabemos que acaban muy mal los últimos días de su vida. Y eso es algo tremendamente injusto. Luchemos contra ello.

Hay personas que dedican mucho tiempo a salvarlos, y a hacer por ellos lo que pueden. Aquí tienes una dirección de gente que trabaja por la vida de los animales.

Palabra magica

La palabra mágica de hoy es:  Dueño.

Hay animales que no tienen dueño. Que viven en libertad. Tienen su territorio. Son animales salvajes. También a ellos debe proteger el ser humano. Hay mucha gente estupenda que se dedica a esa labor. ¿Te gustaría dedicarte a la protección de animales? Ya has visto Salvemos las patitas. Aquí tienes varios videos de animales en libertad. Te sugerimos que busques el que hay de animales en libertad en la Reserva Natural de Sevilla. Quizá esté más cerca de ti que los otros. Disfruta viendo la libertad de los animales.

También los libros nos ayudan a disfrutar, a pasar un buen rato, a pensar, a descubrir, a tantas cosas estupendas para vivir… ¡En libertad! En este libro que te recomendamos, encontrarás una historia que tiene, como en el caso de Bobby, a un protagonista animal: el lobo. Se llama Hambre de lobo. Es del escritor Éric Pintus y está publicado por la editorial Océano.

Cuentame

¿Has vivido alguna aventura con algún animal? La del escritor Luigi Malerba, el autor del texto que has leído, casi seguro que no. Porque es que Bobby, con lo bien que interpretaba, hasta montó una compañía de teatro. A propósito: ¿te gusta el teatro? ¿Has ido alguna vez? ¿Has interpretado alguna obra de teatro en el colegio, en casa, o en algún cumpleaños con amigos?

Si te gusta, como a Bobby interpretar teatro, te sugerimos este libro de Luis García Matilla. La aventura del teatro. Editado por Espasa-Calpe.

Autor

Luigi Malerba

Luigi Malerva es el seudónimo de Luigi Bonardi. Nació el 11 de noviembre de 1927 en Berceto (Italia) y murió el 8 de mayo de 2008 en Roma (Italia)

Estudió Derecho en Roma. Trabajó como periodista.  Colaboró en varios medios como el cine,  la televisión  y la publicidad realizando  guiones.

Era una persona muy inquieta , le gustaba mucho viajar, especialmente a Oriente.  Sentía curiosidad por muchos temas: la lengua, las palabras,  las costumbres, la historia.. la vida, en su conjunto. Todo esas inquietudes se ponen de manifiesto en su obra.  Fue un maestro en el uso de la ironía.

Recibió varios premios en su vida.

Nuestro observatorio

Más datos sobre Luigi Malerba en la página de Wikipedia.

BIbliografía 

Ofrecemos, a continuación, una selección de libros del autor  tomada de  la editorial Gadir.

El descubrimiento del alfabeto
Las rosas imperiales
El agua del mar y El descubrimiento del alfabeto