Archivo | abril, 2013

Sol de invierno. Antonio Machado. Ed. Aguilar

29 Abr

paisaje en españa canal

 

Es mediodía. Un parque.
Invierno. Blancas sendas;
simétricos (1) montículos
y ramas esqueléticas (2).

Bajo el invernadero,
naranjos en maceta,
y en su tonel, pintado
de verde, la palmera.

Un viejecillo dice,
para su capa vieja:
“¡El sol, esta hermosura
de sol!…” Los niños juegan.

El agua de la fuente
resbala, corre y sueña
lamiendo, casi muda,
la verdinosa (3) piedra.

Antonio Machado, Obras completas. Ed. Aguilar.
VV.AA. Antología poética del paisaje. Ediciones de la Torre.

1 simétrico: dos partes iguales.  2 esquelética: muy delgada, sin hojas. 3 verdinosa: de color verde.

 Propuestas para mediadoras y mediadores

RECURSOS

Texto

Hoy nos vamos a pasear. Sí. Las palabras nos permiten ver el paisaje, sentirlo, notar el calorcito del sol cuando hace frío. A través de los ojos del poeta, de Antonio Machado, conocemos el parque, los caminos que lo recorren y lo que vamos viendo, según pasamos y paseamos.

¿Has hecho esto alguna vez? ¿Recuerdas lo que has visto la última vez que estuviste en el parque? ¿Quién estaba allí también? ¿Qué hacía? ¿Con quién estaba?

No estamos diciendo que hay que hacer una poesía. Son sólo palabras, frases, que puedes guardar, para cuando pase algo de tiempo. ¿Qué te parece si abres un cuaderno o un archivo que se llame, por ejemplo, Los recuerdos de mi parque?, o El parque fantástico o Mi parque y yo o…

Tu nombre (o el de quien tú quieras: amiga, amigo, familiar…)

In the park podía ser un buen título para tu reportaje de fotos del parque que recorres. Elige tus sitios preferidos y apúntalos, cuando hagas la foto, para ponerla luego en el álbum del parque.

El aprovechamiento del álbum puede dar lugar incluso a una exposición de los parques de la ciudad, en colaboración con los ayuntamientos, que suelen facilitar lugares, charlas de personajes famosos, etc., donde cabrían las lecturas que han realizado de Machado. ¿Cuándo fueron? ¿Dónde? ¿Qué supuso la lectura de Don Antonio y qué supone hoy?

Se podría hablar de la vigencia hoy del poeta, recurriendo más a lo íntimo, lo «honesto», lo esencial que él propone. Una comparación de épocas podría llevarnos a las ediciones antiguas, los periódicos de la época, los problemas de la guerra y la muerte de Machado, lo que él pasó y lo que ahora está pasando. ¿Dónde estaba la poesía? ¿Dónde está ahora? ¿Sigue siendo un valor en la Cultura de un pueblo?, y muchas más cuestiones que nos permitirían centrar el asunto en La poesía y los poetas: Ayer, hoy y mañana de la poesía.

Palabra magica
La palabra mágica hoy es juegan.

Nos permite el verbo jugar, en ese presente, además de hablar de los tiempos verbales, observar lo que pasa en la vida que mira el poeta. Es el momento (Es mediodía) en ese presente donde Machado nos relata el instante. Esa pintura que transita por la realidad del paisaje, pero que se adentra en la psicología, observando al viejecillo que habla para sí mismo. Se juntan las dos etapas vitales en esa estrofa: el viejecillo y los niños.

Y la importancia del juego, del mecanismo repetitivo de los niños, continúa al final. En esa úiltima estrofa, en que la fusión naturaleza-persona, aparece en el centro de la vida: el agua. Esa que en la fuente

resbala, corre y sueña

lamiendo, casi muda,

la verdinosa piedra.

El tránsito por el verbo jugar nos posibilita acercarnos a los tiempos y a las personas verbales. Y, de ellos, a una actividad participativa, donde lo real y lo digital se unen en el objetivo. Esperamos a ver qué nos cuentan.

Cuentame

Pasamos del juegan ellos al jugamos nosotros. Pero ¿a qué jugamos? ¿Con quién jugamos? ¿Dónde jugamos? ¿Qué juegos nos gustan más?

Autor

Antonio Machado

Nació el 26 de julio de 1875,  en Sevilla (España).  Murió en Collioure (Francia) en 1939.

Su familia se trasladó a Madrid (España) cuando Antonio tenía 8 años. Decía en uno de sus versos que su infancia la recordaba en un patio de Sevilla y en un huerto donde había un limonero…

Cuando comienza el bachillerato va descubriendo que tiene afición por la literatura, sobre todo por el teatro. Acude a ver representaciones, incluso actuaría en alguna ocasión. Fue traductor de francés para una editorial en Francia.

Obtuvo una cátedra de francés y eligió dar clases en Soria (España). Allí conocerá a su mujer, Leonor Izquierdo, con quien se casa en 1909.  El escritor dijo que los años que vivió en Soria fueron muy felices. Viajó varias veces a París. Consiguió en 1911 una pensión para estudiar filología francesa. Se marcha a vivir  a Francia con su mujer, Leonor.  Esta, enferma de tuberculosis y por ese motivo deben regresar a Soria, donde moriría el 1 de agosto de 1912. Antonio Machado abandona Soria y se instala en Madrid hasta que le nombran catedrático de instituto en Baeza (Jaén, España).  En 1919 obtiene el traslado a un Instituto de Segovia. Fue elegido miembro de  la Real Academia de la Lengua española.

Escribió mucha poesía. Con su hermano,  Manuel,  publica y adapta varias obras para teatro.

Le gustaba asistir a tertulias. Tuvo muchos amigos, que como él,  eran también escritores: Unamuno, Rubén Darío, Valle Inclán, Juan Ramón Jiménez, entre otros.

Nuestro observatorio

En las siguientes páginas se puede ampliar la biografía y consultar diferente material de documentación sobre Antonio Machado.

Bibliografía

Ofrecemos, a continuación, una selección de libros de Antonio Machado en Canal Lector.

El cordero negro. Ursula Wölfel. Ed. Noguer

26 Abr

zapatos de fuego

Sobre un prado había un rebaño de corderos, uno de ellos era negro, mientras que todos los demás eran blancos. Estos últimos estaban convencidos de que eran blancos, aunque en realidad eran grises. Pero esto no impedía que le dijesen al corderito negro:
-¡Ooooh! ¡Eres espantosamente negro!
Por lo que el corderito negro se puso muy triste, se apartó de ellos y se escondió.
Un día se fue a un río y se sumergió en sus aguas, durante tres horas, pero el río no pudo volverlo blanco… y solo logró coger un resfriado a causa de la frialdad del agua. Entonces emigró a otro prado, pero en este le sucedió lo mismo que en el anterior. Pues los corderos que había se burlaron de él en cuanto lo vieron.
Y dijeron entre ellos:
-¡Oh! ¿Habéis visto alguna vez algo más negro? ¡Todos los corderos deberían ser blancos!
Por lo que el pobre corderito empezó a pensar que Dios se habría equivocado al darle un color tan negro…
Quiso ir a verlo y pedirle que lo volviera tan blanco como a los demás corderos… Se puso, pues, en camino y logró llegar hasta la puerta del cielo. Al verlo, el portero no quiso dejarlo entrar, por ser tan negro, pero el corderito se agachó tanto que logró hacerse muy pequeño, y consiguió deslizarse por entre las piernas.
El guardián de la segunda puerta del cielo tuvo lástima de él, a causa de su color y lo dejó pasar.
Pero el portero de la tercera y última puerta del cielo dijo al verlo:
-¡Qué cosa tan bonita, un cordero negro! ¡Me gustas mucho! Te voy a conducir ante Dios.
El corderito comenzó a sentir un miedo terrible y se preguntó:
-¿Querrá Dios ver un corderito negro?
Sus delgadas patitas comenzaron a temblar y apenas pudo dar un paso. Pero de pronto oyó cómo el tercer portero decía:
-¿No te parece, Señor, que este corderito negro es muy lindo? ¡Estoy seguro de que lo quieres más que a los demás!
Y Dios miró al corderito y no dijo más que:
– ¡Sí!
Y el corderito no se había sentido nunca tan feliz. Y se apresuró a volver a su prado. Balaron los demás corderos en cuanto lo vieron, y luego dijeron:
-Ha vuelto ese cordero tan feo.
Pero el corderito pensó que Dios lo había hecho negro a él solo, que por eso lo quería más que a los otros y que lo encontraba muy lindo. Por lo que contestó a las burlas de los demás, diciendo con toda calma:
-Ya sé que soy negro, y estoy muy contento de serlo.
Luego se puso a comer la hierba, y siempre fue muy amable con los demás corderos. Estos acabaron por acostumbrarse a su hermano negro y por dejarlo tranquilo.

Ursula Wölfel. Zapatos de fuego y sandalias de viento.  Ed. Noguer

Propuestas para mediadoras y para mediadores.

RECURSOS

Texto

Planteada la situación desde el comienzo, sin ambages, surge el tema que Ursula Wölfel quiere desarrollar: la diferencia. En este caso, el color de la piel. ¿Qué siente, sufre alguien discriminado por su color? ¿Cómo actúan los discriminadores? ¿Qué le queda al discriminado? ¿Habrá alguna vez justicia y verdad sobre la realidad? ¿Se llegarán a superar las discriminaciones? ¿Cómo se podrá vivir, una vez superada la cuestión personal, en la sociedad, en la colectividad que maltrató y discriminó?

Estos son los temas que aparecen en El Cordero negro, cuyo sufrimiento no se debe a planteamientos personales previos, sino que son consecuencia del trato de la colectividad. Temática tan frecuente, hoy, en múltiples circustancias y lugares: en la calle, en el barrio, en la casa, en la ciudad, en los alrededores, en los medios de comunicación y, de forma agria por las consecuencias físicas y psíquicas que conlleva, en la escuela.

Otro tema tratado por Ursula Wölfel con relación a la intolerancia, la incomprensión, el racismo se desarrolla en el libro Historia de Pimmi, (es sobre la etnia gitana) editado por Noguer, en 1983, pero de candente actualidad.

 Palabra magica
La palabra mágica hoy es Negro.
Ésta nos permite adentrarnos en la observación y, por qué no, el juego con el léxico. Pensemos, por ejemplo, en los eufemismos. Definido eufemismo por la RAE como manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante.
¿Cuántas veces no hemos oído o leído en los medios de comunicación, las palabras moreno, de color, oscuro, etc.? Todas para evitar la palabra negro. Esa que Ursula Wölfel usa sin ningún miedo aplicando adjetivos como feo: “Ha vuelto ese cordero tan feo…”
Hay palabras, como negro, que parecen rechinar al hablante. Por eso utilizamos los eufemismos. Vamos a buscar eufemismos en nuestra lengua. Los que usamos, escuchamos o leemos habitualmente.

Tengo que ir al baño, al servicio, al aseo (Hacer las necesidades)
¡Menudo angelito! (Un niño o niña difícil, complicado)
Está en sus años dorados (Vejez)
Ganar peso (Engordar)
La tercera edad (Vejez)
Hacer un regalito (Un regalo que no se quiere)
Poco agraciado (Feo)
Agresión verbal (Insulto)
Madre política (Suegra)
Establecimiento penitenciario (Cárcel)

El vocabulario utilizado por Wölfel, que se acerca lo más posible a una realidad, por «malsonante» que esta sea, intenta una fidelidad al lector. De hecho, son abundantes los signos de admiración e interrogación, que aproximan el lenguaje escrito al oral, conversacional. La RAE dedica una página a estos signos

-¡Oooh! ¡Eres espantosamente negro!
-¡Oh! ¿Habéis visto alguna vez algo más negro? ¡Todos los corderos deberían ser blancos!

Conviene recalcar, dada la contaminación por el uso frecuente ya de otras lenguas, sobre todo el inglés, el uso correcto de los signos de admiración y de interrogación. Deben colocarse de forma obligatoria al comienzo y al final del enunciado correspondiente.

Cuentame

Dependiendo del grado de maduración de los lectores, podemos tratar determinados temas algo difíciles, comprometidos, muy acordes con la literatura e incluso el modo de pensar de nuestra autora: Ursula Wölfel. Libros como Campos verdes, campos grises dan paso a la marginación, que sufren los niños y niñas protagonistas de las historias que en el libro se narran.

Pero en el aula hay asuntos de interesante conversación sobre acontecimientos absolutamente habituales y cercanos: Los nuevos en el colegio, la pobreza, las mafias con el tráfico de personas (y más niños), la utilización de gafas, la indumentaria forzada por cuestiones físicas o económicas… Un sinfín de temas perfectamente aceptables para una comunicación entre jóvenes y adultos, del que se podrán obtener interesantes resultados.

Y, a veces, olvidamos racismos existentes, que nacen incluso en la misma infancia. Veamos, si no, este ejemplo, un experimento realizado en México.

La posterior plasmación gráfica de esos resultados dependerá del interés y posibilidades del prescriptor o mediador.

autora

Ursula Wölfel

Nació en 1922 en la cuenca del Rhur (Alemania).  La mayor parte de su vida la ha dedicado a la educación y a escribir. Los temas que trata, social y personalmente  complicados, reflejan su manera de pensar , que no oculta nunca.  Es una autora arriesgada, independiente, cariñosa, con un humor que provoca la sonrisa.  Su primer libro infantil apareció en 1959. Los temas de sus libros son: la vida diaria de los niños, el tercer mundo y los acontecimientos de la actualidad, sin olvidar sus historias de fantasía.

“Escribe historias hiperbreves y disparatadas… A los personajes de Ursula Wölfel siempre les pasa cosas muy raras. Lo que hace en realidad Wölfel es exagerar hasta el límite las manías de sus protagonistas, hasta que surge el absurdo. En realidad, lo que hace es reírse de las costumbres, de las pequeñas manías y de los automatismos que todos tenemos…”

Ha recibido premios nacionales e internacionales, entre otros el Premio Alemán de Literatura Juvenil,  en 1962 y el  Premio especial Alemán de Literatura Infantil y Juvenil por el conjunto de su obra, concedido por primera vez en 1991. Sus libros se han traducido a más de 15 idiomas.

Nuestro observatorio

En la siguiente página se pueden ampliar algunos datos sobre Ursula Wölfel.

Bibliografía 

Ofrecemos, a continuación, una selección de libros de la autora,  tomada de  Canal Lector.

El lagarto está llorando. Federico García Lorca. Ediciones de la Torre

19 Abr

lagarto llora garcia lorca
El lagarto está llorando.
La lagarta está llorando.
El lagarto y la lagarta
con delantalitos blancos.
Han perdido sin querer
su anillo de desposados.
¡Ay, su anillito de plomo,
ay, su anillito plomado!
Un cielo grande y sin gente
monta en su globo a los pájaros.
El sol, capitán redondo,
lleva un chaleco de raso.
¡Miradlos qué viejos son!
¡Qué viejos son los lagartos!
¡Ay cómo lloran y lloran,
¡ay!, ¡ ay!, cómo están llorando!

Federico García Lorca. Federico García Lorca para niños y niñas… y otros seres curiosos. Ediciones de la Torre

Propuestas para mediadoras y mediadores

RECURSOS

Texto

Canción de Paco Ibáñez sobre el poema.
Ver, leer y oír el poema en Canal Lector.

¡Qué poesía tan triste! Cómo, con dos animalitos (quizá lo que antes leíamos de los sentimientos de la niñez, que recordaba Federico) se dan cita en este poema. La tristeza de esos lagartos, bichos en cierto modo fascinantes para los niños, nos acercan a la vida de amor, sencilla hasta en esos «delantalitos blancos», con los que podemos verlos, con palabras, como si fuera una imagen, una fotografía. Pero ¿por qué lloran? Porque perdieron el símbolo: perdieron su anillo de desposados.

Lejos quedan los oros, las riquezas, las constantes tópicas del momento. Son anillos de plomo, del metal barato pero igualmente válido porque dice lo mismo. La boda se celebró. Fue un gran día. El gran día. Los lagartos se siguen amando y todo gira en la importancia del momento. No lo olvidan y nunca lo olvidarán.

Es una historia de vida, de una larga vida. Son ya viejos los lagartos y quizá el anillo se haya perdido por eso. Pero lo recuerdan. En aquel maravilloso día, nada ni nadie faltó. Allí fue le gala y el lujo. Los pájaros, bajo aquel cielo grande y sin gente; ese patriarca que está sobre todos: el Sol. Su querido Sol, jefe del mundo, capitán redondo, va engalanado con sus mejores ropas. Su chaleco de raso.

 Palabra magica

Hoy son varias las palabras mágicas: Llorar y delantalitos. Las que nos van a permitir acercarnos a ese mundo mágico del léxico. Buscar, descubrir, definir, jugar con las palabras, transformarlas…

Podríamos pensar: ¿por qué el poeta no utiliza el nombre y el verbo en plural: «los lagartos están llorando», en lugar de ese sujeto en femenino y en masculino? Leemos cómo quedan resaltados los dos personajes, repitiendo la acción de la pena. Llorar.

El lagarto está llorando.
La lagarta está llorando.

Llevan ambos, eso sí, ese diminutivo (del que ya hablamos en el texto del Pequeño Nicolás, de Goscinny, tan lejano a éste de Lorca) y que sin embargo nos acerca la poesía al tono infantil de las palabras: con delantalitos blancos. Es como si el poeta sintiera ese tono afectivo que acerca las palabras al cariño.

Recordamos, por ejemplo, otro uso del diminutivo, en las primeras líneas de Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez:

(…) Lo dejo suelto y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas… Lo llamo dulcemente: ¿Platero? y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe en no sé qué cascabeleo ideal…
Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar, los higos morados, con su cristalina gotita de miel…

Sin olvidar títulos tan antológicos como El Principito, de Saint-Exupéry.

La palabra mágica llorar y su antónima (reír) nos permiten charlar, conversar, recordar, imaginar…, cosas que proponemos en el apartado siguiente.

Cuentame

¿Cuándo hemos llorado por última vez? ¿Qué ocurrió que nos causó tanta pena que lloramos? Pero, por cambiar diametralmente de lo que las palabras dicen, cuando las empleamos, no creemos que hablar, trabajar, charlar y sentir la risa desvirtúe, en absoluto, el espíritu de Federico.

En el caso de la risa, la palabra puede llevarnos, casi indefectiblemente, al chiste, donde procuraremos evitar las palabrotas, las palabras malsonantes, las que «hieren» a alguien (colectivos, personas, discapacidades, etc.).

En la web encontramos muchas páginas de chistes, pero es importante un repaso anterior, dada la procacidad de algunas.

Puesto que hemos hablado de dos sentimientos contrarios, sugerimos esta página de Canal Lector,  donde se recoge una amplia selección de buenos libros con el tema de los sentimientos.

Autor

Federico García Lorca

Nació en Fuente Vaqueros (Granada, España) el 5 de junio de 1898. Su madre, maestra de escuela, le enseñóa leer.   Leían mucho en su casa. En 1909,  la familia se traslada a Granada.

Empezó a estudiar Derecho y Filosofía y Letras. Después se trasladó  a Madrid para seguir sus estudios  en la Residencia de Estudiantes. Allí conoció a varios artistas como Dalí, Alberti, Buñuel… y frecuentó varias tertulias.

En una carta a su padre dice que quiere dedicarse a escribir:

“…Yo he nacido poeta y artista como el que nace cojo, como el que nace ciego, como el que nace guapo. Dejadme las alas en su sitio, que yo os respondo que volaré bien. Así es, papá, que no insistas en que me vaya porque semejante idea me llena de angustia…” (primavera de 1920).

Viajó por pueblos y ciudades de España. También por  EEUU y América del Sur haciendo representaciones teatrales, dando conferencias. Publicó libros de teatro y poesía. También disfrutaba dibujando. Fue detenido y asesinado el 18 de agosto de 1936 en Víznar (Granada, España).

Su hermana, Isabel García Lorca,  comenta sobre su poesía:  “Lo de Federico no era el secreto; su mundo, hasta jugando fue el misterio. Nos dejo dicho: “El mundo del misterio no está fuera de nosotros, lo llevamos en el corazón” o: “Yo no escribo poesía como el misterio de las cosas que nos rodean”. Y también “Yo no escribo poesía como una abstracción, sino como algo que ha pasado junto a mí.” Es decir: vida”

Vicente Aleixandre dijo: “Su corazón no era ciertamente alegre. Era capaz de toda la alegría del universo; pero su sima profunda, como la de todo gran poeta, no era la de la alegría…»

Rafael Alberti señalo. «Había magia, duende, algo irresistible en todo Federico. ¿Cómo olvidarlo después de haberlo visto o escuchado una vez? Era en verdad, fascinante: cantando, solo o en el piano, recitando, haciendo bromas e incluso diciendo tonterías…»

Nuestro observatorio

En las siguiente páginas se puede ampliar biografía y consultar material muy variado del autor, desde fotos de Federico y su familia, su casa, amigos, etc. También se puede visitar la  web de la Fundación.

Bibliografía

Ofrecemos, a continuación, una selección de libros de Federico García Lorca en Canal Lector.

Los michelines. René Goscinny- Sempé. Ed. Alfaguara

12 Abr

ojo nicolas

La cosa se decidió el sábado por la noche. El señor y la señora Bledurt habían venido a casa a tomar café después de cenar. El señor Bledurt es nuestro vecino; es muy majo y le encanta chinchar a papá. La señora Bledurt es su mujer.
-¿Te das cuenta –le dijo el señor Bledurt a papá- de que estamos empezando a echar michelines?
-¿Nosotros? –gritó papá-. ¡Hablarás por ti, gordinflón!
-¿Qué es echar michelines? –pregunté yo.
-Eso, eso son michelines –dijo el señor Bledurt señalando la tripa de papá.
-Ya, y entonces eso serán ruedas de camión –dijo papá señalando la tripa del señor Bledurt.
-No, fuera de bromas –dijo el señor Bledurt-, con esta vida idiota que llevamos, nos ponemos gordos y flojos. Mi médico me ha dicho que, a partir de una cierta edad, no puede uno abandonarse.
-En eso el doctor tiene razón –dijo mamá.
-Muy cierto, amigo –dijo papá-. La verdad es que no te veo rejuvenecer.
-Mi médico también me ha dicho que debería hacer algo de deporte –explicó el señor Bledurt-. Levantarme temprano por las mañanas y salir a correr por los bosques y ese tipo de cosas. Y tú deberías venir conmigo.
-¿Pero tú estás bien de la cabeza? –le preguntó mi padre.
-No, si yo lo entiendo –dijo el señor Bledurt-. Ya sé que no todo el mundo está dotado para el deporte.
-¿Cómo? –gritó papá-. ¿Sabes tú cuál era mi marca en cien metros lisos?
-Así a ojo, unos diez minutos con viento a favor –contestó el señor Bledurt.
-¿Ah, sí? –dijo papá-. ¡Pues te lo voy a demostrar! Iré contigo, de acuerdo. ¡Ya veremos quién de los dos es el mejor deportista! Y ahora en serio, creo que tienes razón: nos estamos acartonando, nos estamos oxidando…
-Pues muy bien –dijo el señor Bledurt-. Mañana por la mañana, temprano y en ayunas, iremos al bosque a correr. Ya verás lo bien que nos va a sentar.
-¡Yo también voy a ir! –dije.
-No podrás seguirnos, querido –dijo el señor Bledurt-. Vamos a emplearnos a fondo; si no, no vale la pena. Además, no creo que tengas demasiada necesidad de hacer ejercicio los domingos. Por lo que me dicen, tengo la sensación de que en el colegio no estás precisamente muy quietecito durante la semana.
¡Quiero ir con vosotros para no tener michelines! –dije yo.
Y todo el mundo se echó a reír. Mamá dijo que se llevaran con ellos al pequeño, que al fin y al cabo no le sentaría mal tomar un poco el aire y que, de esta forma, no lo tendría ella encima toda la mañana, justo cuando quería hacer una limpieza de la casa a fondo, así que papá y el señor Bledurt dijeron que bueno, que de acuerdo, y que nunca era demasiado pronto para empezar una vida sana. Luego papá y el señor Bledurt encendieron unos grandes puros, mamá les sirvió unos licores y yo me fui a acostar porque ya era muy tarde.
Cuando me desperté por la mañana, no se oía ningún ruido en la casa y tuve miedo de que papá se hubiera marchado sin mí. Pero mamá entró en mi cuarto y me dijo que no hiciera ruido, que papá todavía estaba durmiendo y que se había acostado muy tarde por culpa de los Bledurt.
Yo estaba desayunando en la cocina cuando entró papá en pijama, todo despeinado y sin afeitar, y le pidió a mamá que por lo menos le pusiera un café con leche y algún cruasán.
-Y tú date prisa, Nicolás –me dijo papá-, ¡porque cuando esté listo no te esperaré!
Después de su segunda tostada con mantequilla y mermelada –se come dos tostadas todas las mañanas-, papá fue a arreglarse y se puso el jersey gordo y el pantalón gris que usa en casa.
El señor Bledurt estaba terminando el desayuno cuando llegamos a su casa. Estaba de lo más gracioso, con un gran traje de lana azul la mar de raro.
-Deberías comprarte un chándal tú también –le dijo el señor Bledurt a papá-. Las cosas hay que hacerlas como es debido.
-Bueno, Lazy, ¿vamos allá? –preguntó papá.
-De acuerdo –dijo el señor Bledurt-. ¿Vamos en mi coche?
Salimos de su casa y papá le ayudó a abrir la puerta del garaje.
-¿Sigues contento con él? –preguntó papá.
-Pues sí –contestó el señor Bledurt-. Aunque el otro día le costó arrancar. Y no es la batería, de eso estoy seguro.
-¿Has mirado la bomba de la gasolina? –preguntó papá.
-¿La bomba de la gasolina? No. ¿Por qué? –dijo el señor Bledurt.
-Yo he tenido el mismo problema –dijo papá- y era la bomba de la gasolina. Hay un chisme que se atasca. Ya verás. Abre el capó.
El señor Bledurt abrió el capó de su coche y él y papá se inclinaron sobre el motor. Llevaban un rato mirando cuando la señora Bledurt entró en el garaje.
-¿Pero cómo? –dijo-. ¿Estáis aquí todavía?
-Ya nos vamos –dijo el señor Bledurt-. ¡Y tampoco hay que exagerar, caramba, que no hay ninguna prisa! ¡Vamos a hacer deporte, no a batir récords!
Con que subimos al coche, papá y el señor Bledurt delante y yo detrás. El coche arrancó la mar de bien.
-¡Cierra esa ventanilla, Nicolás! –me dijo papá-. ¡Hace un frío polar!
-Una cosa muy buena que tiene este coche es la calefacción –dijo el señor Bledurt-. ¡Ya verás!
Y fuimos estupendamente hacia el bosque. En el coche se estaba de lo más cómodo, y papá dijo que había que reconocer lo bien que sentaba salir así, por la mañana, y respirar aire fresco en lugar de zanganear tontamente en la cama.
-¡Pues claro, hombre! –dijo el señor Bledurt.
En el bosque había bastantes coches, y el señor Bledurt dijo que íbamos a buscar un rincón tranquilo para aparcar y hacer deporte sin que nos molestara nadie.
-Podemos dejar el coche en cualquier sitio y adentrarnos en el bosque por los senderos –dijo papá.
El señor Bledurt dijo que era una buena idea y paró el coche justo detrás del carrito de un castañero.
-Os invito a castañas –dijo el señor Bledurt.
-¡Tú estás loco! –dijo papá-.¡El que invita aquí soy yo!
Y se pelearon en broma y luego entramos en el bosque, cada uno con su gran cucurucho de castañas calentitas. ¡No os podéis imaginar lo buenas que estaban! La verdad es que me encanta salir con papá porque me invita a cosas todo el tiempo.
Y andando, andando, llegamos a una especie de cabaña donde ponía BAR.
-¿Sabes que esas castañas me han dado sed? –dijo el señor Bledurt.
-Pues la ocasión la pintan calva –dijo papá-. ¡Es casi la hora del aperitivo!
Fue estupendo. Papá y el señor Bledurt tomaron sus vermús y a mí me dieron una granadina –me encanta la granadina porque es roja-, y el señor Bledurt me dio dinero para que me comprara cacahuetes en la máquina.
Como papá y el señor Bledurt estaban hablando de sus coches, yo salí a jugar un poco, y fue una pena no haberme acordado de traer mi balón de fútbol.
Cuando papá y el señor Bledurt salieron del bar, papá me llamó:
-¡Nicolás! ¡Es tarde! ¡Volvamos a casa!
-¡Vamos, Nicolás! ¡Una carrera hasta el coche! –gritó el señor Bledurt-. Preparados, ¿Listos? ¡Ya!
Y salí a todo correr. Correr se me da muy bien y en el recreo no me gana nadie, menos Majencio, claro, pero no vale porque tiene unas piernas muy largas. Me sentí la mar de orgulloso porque llegué al coche el primero de todos.
Como las puertas estaban cerradas con llave, no pude entrar, y ya iba a volver a por papá y el señor Bledurt cuando los vi venir, discutiendo sobre sus bombas de la gasolina.
-Vaya –dijo mamá cuando volvimos a casa-. Empezaba a estar preocupada. ¡Es tardísimo! Para ser la primera vez, a lo mejor os habéis pasado un poco…
-¿Sabes una cosa? –dijo papá-. Bledurt tiene razón. Si quieres luchar contra los michelines y el apoltronamiento, no debes abandonarte. Te cansas un poco, es cierto, pero el beneficio que te produce es enorme. Vamos a intentar animarnos a repetir todos los domingos.
Y tuvimos una comida de lo más genial, con pollo y montones de patatas. Luego, papá subió a dormir la siesta hasta la hora de la merienda.

René Goscinny-Sempé ¡Ojo! con el pequeño Nicolás.  Ed. Alfaguara

Propuestas para mediadoras y para mediadores.

RECURSOS

La obra

Los michelines, el título del texto que leemos hoy, nos sitúa en la vida absolutamente prototípica de una familia francesa. Un día cualquiera. Son vecinos que charlan, tomando un café después de cenar.

Nicolás, un niño de siete años, es un actor más en las escenas que se plantean en los libros de Goscinny. Suele ser él quien dice esas verdades que caracterizan a los niños y que, en muchas ocasiones, «sacan de quicio» a los mayores, por eso: porque son las verdades que nadie se atreve a decir de forma clara.

Todas las contradicciones, ocultaciones, realidades, verdades, etc., se enuncian desde esa perspectiva sincera de un niño de siete años, que cuenta lo que ve. Así es Nicolás. Un retrato de una realidad que se analiza con su óptica de siete años, pero con la inteligencia de quien la interpreta.

De vez en cando, faltaría más, aparece esa expresión, ese comentario, esa circunstancia, esa palabra (nuestra Palabra mágica de hoy) que sitúa a los mayores en su lugar. En este caso, como en muchas ocasiones, de boca de alguien externo a la familia de Nicolás. Hoy es el señor Bledurt (curiosamente, en una traducción macarrónica: trigo duro), dado que, aunque vecinos, existen las lógicas rivalidades.

-Yo también voy a ir –dije
-No podrás seguirnos, querido –dijo el señor Bledurt-.
(…) Por lo que me dicen, tengo la sensación de que en el colegio no estás precisamente muy quietecito durante la semana.
-¡Quiero ir con vosotros para no tener michelines! –dije yo

 Palabra magica

La palabra mágica hoy es:  Quietecito.

Podemos comentar el valor de los diminutivos, en nuestra lengua y cómo se forman.

La palabra quietecito no indica, como sucede con muchos diminutivos, tamaño menor. Sabemos del valor afectivo. Cierto que estamos hablando de una traducción del francés, pero perfectamente trasladable al español.

Por otra parte, el diminutivo es una buena ocasión para el comentario léxico, el vocabulario, al fin y al cabo:

¿Cuándo se utilizan o los utilizamos? ¿Recordamos algo de cuando éramos más pequeños? ¿Cómo llamamos hoy a determinadas cosas? ¿Con quién los empleamos? En el lugar donde vivimos, ¿quién los usa? ¿Cuándo se usan determinados diminutivos?

Cuentame

Hemos hablado de los diminutivos. Es buena ocasión también para contar experiencias familiares con la gente que nos rodea. Hablar de los vecinos, cómo es nuestro barrio, cómo nos relacionamos, lo mejor y lo peor. Qué problemas tenemos, ¿cómo está dividido el barrio, según las diferentes condiciones de la gente que en él está? ¿Qué personas tienen una gran importancia en la vida de todos los que allí están? Las mujeres, los extranjeros, los grupos sociales con problemas, la sanidad, la escuela, el parque, la diversión, la naturaleza.

Autor

René Goscinny

Nació y murió en París (1926-1977). Era hijo de Stanisław Gościnny, un ingeniero químico de Varsovia, y de Anna Bereśniak-Gościnna, nacida en  Khodorkow, una aldea de Ucrania. Sus padres se conocieron en París y se casaron en 1919. Cuando René tenía dos años, su padre consiguió trabajo como ingeniero químico en Buenos Aires (Argentina), y la familia se traslado allí. Esta mudanza los salvaría de correr la misma suerte que sus familiares que permanecieron en Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Su infancia fue tranquila. Estudió en el Liceo Francés de la ciudad bonaerense, pasando cortas temporadas en Uruguay, Venezuela y Brasil, y las vacaciones de verano en Francia. Era un chico alegre al que le gustaban mucho los cómics.

Trabajo en varias cosas antes de dedicarse por completo a escribir. Fue un escritor incansable. En toda su obra hay una constante, que marca cualquier texto que seleccionemos: el humor. Ya pueden ser los propios nombres o las situaciones más hilarantes, disparatadas, nunca en el humor negro, pero sí en esa acidez contenida, que hace que pervivan y sean vigentes en la actualidad, por la que no pasa el tiempo.

La trayectoria de Gosciny está indisolublemente unida a la de excelentes ilustradores: Uderzo, en Asterix y Sempé, en El pequeño Nicolás. Si Asterix es un repaso por la Historia de galos y romanos, Nicolás es un paseo por la vida, la de un pequeño sagaz, imaginativo, preguntón y travieso.

Muchos de sus trabajos fueron llevados al cine.

Desde 1986, Francia otorga anualmente el Premio René Goscinny al guionista de historietas más destacado del año.

Nuestro observatorio

Libros de humor, con diferentes temáticas son siempre recomendables para los lectores de estas edades.  En Canal Lector encontramos varios.

Y si nos interesan los libros de travesuras, aquí podemos ver unas cuantas direcciones.

En las siguiente páginas se puede ampliar datos sobre René Goscinny. La primera es una web sobre el autor, la segunda se trata de  Wikipedia y la tercera es un especial sobre el cómic en El Mundo.

Bibliografía 

Ofrecemos, a continuación, una selección de libros de René Goscinny,  tomada de Canal Lector.

¡A volar! Rafael Alberti. Editorial Alianza

4 Abr

marinero-en-tierra

¡A volar!

Leñador
no tales el pino,
que un hogar
hay dormido
en su copa.

Señora abubilla,
señor gorrión,
hermana mía calandria,
sobrina del ruiseñor;
ave sin cola,
martín-pescador,
parado y triste alcaraván:

¡a volar,
pajaritos,
al mar!

Rafael Alberti. Marinero en tierra. Editorial Alianza

Propuestas para mediadoras y mediadores

RECURSOS

Texto

Ver, leer y oír la poesía.
Poemas recitados por Rafael Alberti
Escucharemos a Nuria Espert recitar este poema
Y en Canal Lector 

Seguro que hemos leído muchas poesías. Pero hay algo que, a lo mejor, hemos hecho menos. Escucharla despacio, oírla para disfrutarla. Vamos a oír, con ese silencio que oímos la música en casa, en un concierto, en ese walkman que llevamos conectado con lo que más nos gusta y que sólo nosotras y nosotros escuchamos, la poesía de Rafael Alberti. Incluso lo vamos a oír a él mismo, recitando su poesía,

Seguro que leer poesía nos gusta, nos encantará oírla.
A ver cuál te gusta más de las siguientes. Podemos votar y apuntar el título de nuestra poesía preferida.

Marinero en tierra

La obra surgió en San Rafael (Madrid) cuando estuvo en un sanatorio para recuperarse de una tuberculosis. Al principio el libro se iba a llamar Mar y tierra.
Alberti escribió de la obra: “Como su nombre daba a entender, Mar y tierra se dividía en dos partes. La primera agrupaba los poemas debidos directamente a la serranía guadarrameña, junto a otros de diversa temática, y la segunda -que titulaba Marinero en tierra-, los que iba sacándome de mis nostalgias del mar de Cádiz, de sus esteros, sus barcos y salinas…”

La obra Marinero en tierra tuvo desde el principio muy buenas críticas. Juan Ramón Jiménez la acogió con gran entusiasmo y dijo “Poesía popular, pero sin retorno innecesario: nueva; fresca y acabada a la vez; rendida, ágil, graciosa, parpadeante: andalucísima”.

 Palabra magica
Hogar

Vamos a escuchar, otra vez, los cinco primeros versos de la poesía de Rafael Alberti:

Leñador
no tales el pino,
que un hogar
hay dormido
en su copa.

Rafael Alberti, el poeta, no está hablando solamente de la persona que se dedica a talar (cortar) los árboles. Es su oficio y lo tiene que hacer, para que crezcan mejor y haya más árboles.

Lo que quiere es que no desaparezcan los árboles. ¿Por qué?
Porque los árboles están llenos de vida y nos dan la vida. A los primeros que les dan la vida es a los pájaros, que tienen su casa en los árboles. Gracias a ellos pueden existir.
Alberti nos dice que el hogar de los pájaros, su casa, donde mejor está es en la copa de los árboles.
Si sabemos qué es una copa del árbol, la parte más alta, aquí podemos ver bastantes.

Nos imaginamos, como si fuéramos poetas, cuántas aves, cuántos pájaros pueden hacer sus casas allí. Rafael Alberti nos dice unos cuantos. Y ya hemos visto algunos.
Todos son importantes para él. Parece que nos está diciendo: ¡Cuidadlos! ¡Proteged los pinos! ¡Salvad cualquier árbol!
Es un mensaje de protección a la Naturaleza. A todos los que vivimos en ella.
Que no haya fuego. Que no haya suciedad. Que no la maltratemos. Que siga dándonos la vida, que tanto necesitamos. Que no nos pase como a esos pajaritos. Y menos mal que ellos pueden volar, volar al mar.

Dependiendo del lugar donde estemos y de los problemas que plantee allí la conservación del medio ambiente, el poema de Alberti es una buena ocasión para hablar de ellos. ¿Hemos sufrido alguno? ¿Por qué sucedió? ¿Qué medidas tenemos para ayudar a que eso no vuelva a suceder? ¿Cómo se recogió en los medios de comunicación? ¿Tenemos algún familiar que trabaje en la conservación de la Naturaleza? ¿cómo es su trabajo?

Y volviendo a la poesía, ¿cuál es el nombre de pájaro que más nos gusta de todos los que aparecen? Si pudiéramos, ¿cómo llamaríamos a ese pájaro, como si fuera poner un nombre a un amigo?

Dibuja un precioso árbol y llena su copa de nombres de pájaros. Hazles un nido o varios, porque cada tipo de pájaro quiere el suyo. Es como nuestras casas. Nos gusta vivir con nuestras familias. Y, si alguna vez invitamos a alguien, queremos que sea nuestra amiga o nuestro amigo.
Suerte y que quede tan bonito que se llene de pajaritos, en cuanto lo vean.

Cuentame

¿Y has visto y oído qué cantidad de pájaros aparecen en esta poesía?
Seguro que conocemos muchos, muchísimos. Vamos a ver unos cuantos y si podemos recordar algún nombre de pájaros.

Como sabemos por la televisión, los documentales, los periódicos, internet y muchos medios de información, conocemos el peligro que hay para algunos animales en el Mundo y, por supuesto, en España.

Autor

Rafael Alberti

Nació el 16 de diciembre de 1902, en el Puerto de Santa María (Cádiz, España). A los quince años, se traslada a vivir a Madrid con su familia. A él lo que le gustaba era la pintura  y en esos años hubiera querido ser pintor.
Fue amigo de Federico García Lorca, Pedro Salinas, Jorge Guillén…Comienza, en esa época,  a escribir su primer libro de poesía Marinero en tierra, en el que habla de su nostalgia por el mar. Con él obtuvo el Premio Nacional de Literatura, en 1924. Desde entonces se dedica sobre todo a la poesía, aunque nunca abandona la pintura. Forma parte de la generación del 27.  Se casa en 1930 con la escritora Mª Teresa León.  Tuvieron una hija, Aitana.
Viajó por  muchos países,  dando conferencias y recitales por América.

Después de la Guerra Civil  se exilió fuera de España.  Vivió muchos años en Argentina y en Italia. Le gustaba trabajar desde el alba. En 1977 regresa a España. En 1983 recibe el premio Cervantes. Muere en el Puerto de Santa María (Cádiz) en 1999.

Aitana, la hija del poeta recuerda a sus padres:  “Nací en Argentina, y en 1963 nos fuimos a Italia. Luego, en los setenta, me vine a España. Pero iba cuatro veces al año a Roma. Cuando era niña, mi padre era maravilloso. Me prestaba mucha atención. Yo tenía unos amigos que jugaban al rugby, y él se venía conmigo a los partidos. Mi madre, en cambio, era la que nos daba seguridad, tanto a él como a mí. Nosotros dos éramos poco prácticos, distraídos, imaginativos. Mi madre era el fiel de la balanza. Ella nos mantenía, nos cuidaba. Con su amor hacía que nuestra vida fuera lo mejor posible. En Argentina, nuestra situación económica era muy mala, y ella trabajaba donde fuera para mantener la casa. No sabes la cantidad de cosas que hizo para sostener el hogar. Mi padre hacía otras cosas, pero ella tenía trabajos. Él nunca tuvo un sentido del dinero. Yo nací un año después de que llegaran a Buenos Aires, en el 40.»

Nuestro observatorio

En las siguientes páginas se puede ampliar la biografía y consultar diferente material de documentación, además de ver una entrevista con el autor: Fundación Rafael AlbertiBiblioteca virtual Miguel de Cervantes. Entrevista  de Joaquín Soler Serrano a Rafael Alberti, en 1977, cuando regresó el poeta a España después del exilio.

Bibliografía

Ofrecemos, a continuación, una selección de libros de Rafael Alberti en Canal Lector.

Los traspiés de Alicia Paf. Gianni Rodari. Ed. Anaya

4 Abr

lostraspies

Una vez, Alicia Paf mojó la pluma en el tintero con tanta energía que cayó de cabeza en él.
-¡Ay! –dijo una voz a su lado.
Alicia no vio a nadie, porque la tinta es negra por dentro y negra por fuera.
Pero preguntó:   -¿Quién es? ¿Qué te he hecho?
-Me has atropellado. Soy la palabra Frágil y debes tratarme con delicadeza: podrías haberme destrozado.
-Mil perdones –dijo Alicia, yéndose un poco más lejos a nado.
Ahora comenzaba a distinguir ciertas sombras que nadaban a su alrededor: algunas, largas; otras, cortas; algunas, con una tilde en la cabeza. Eran las Palabras. El tintero estaba tan lleno que no era fácil comprender cómo podía contener tantas: era inevitable atropellar a alguna al moverse. Pero, por suerte, no todas se ofendían.
-¡Salud! –dijo alegremente una palabra con la que Alicia había tropezado sin querer.
-Yo soy Alicia. ¿Y usted?
-Soy la palabra Zumbona, y no paro de hacer burlas. Conmigo se ríen los demás.
-Pero yo no me río –observó Alicia.
-Hazte cosquillas y te reirás. ¡Ja, ja, ja!…
-¡Qué estupidez! –observó una voz profunda cerca de allí.
-¿Quién es? –preguntó Alicia.
-Soy la palabra Desastre. Qué quiere que le diga: ¡a mí no me resulta tan fácil reír!
-Perdone –preguntó Alicia-, Usted que es tan grave, podría indicarme las palabras para hacer una buena redacción.
-Ah… Yo conozco solamente palabras muy graves: Choque, Terremoto, Chaparrón, Suspenso, Lechederramadaenelfuego, cosas así.
-Muchas gracias –dijo Alicia, y se alejó con un movimiento brusco, que la llevó a pincharse con la punta de la palabra Espina. Encontró en seguida el borde del tintero, se alzó aferrándose a él y volvió a ver la luz.
¡Ah, respiro! –dijo retomando el aliento y secándose el vestido-. Buscaré dentro de mí las palabras para la redacción: en el tintero hay demasiado barullo.

Gianni Rodari. Los traspiés de Alicia Paf. Ed. Anaya.

Propuestas para mediadoras y para mediadores.

RECURSOS

Texto

Los traspiés de Alicia Paf

Pensemos dónde se puede caer una niña pequeña de tamaño, muy pequeña. Difícilmente, si no es de la mano de Rodari, podíamos pensar en un tintero, en un despertador, en el cuento de La bella durmiente… Este es el gran secreto de ese buscador de «mecanismos fantásticos», de quien consideraba que la creatividad, el proceso creativo es inherente a la condición humana.

Las primeras líneas ya nos sitúan en ese mundo «imposible», pero en el que lo real se da cita. Todo aderezado con dos ingredientes imprescindibles para la atracción a la lectura: el humor y, por qué no, estando tan necesitados ahora, el perdón, la bondad y la gratitud.

Me has atropellado. Soy la palabra Frágil y debes tratarme con delicadeza: podrías haberme destrozado.

Mil perdones –dijo Alicia, yéndose un poco más lejos a nado.

Todo a través de las palabras. Esa constante de Rodari, donde se basa su literatura, tan cerca del trabajo escolar.

Es la misma Alicia (igual nombre, no olvidemos, que la protagonista de las obras de Carroll), la que nos dice más adelante, al final del texto, cuando consigue salir del tintero:

Buscaré dentro de mí las palabras para la redacción: en el tintero hay demasiado barullo.

 Palabra magica
La palabra mágica hoy es: Luz. ¿Y cuándo aparece la Luz para Alicia? La palabra no está fuera. No es la luz maravillosa que nos alumbra para ver todo. No. La luz está, como antes leíamos, dentro. Porque la luz son las palabras. Las que permiten a Alicia conocerlas “para la redacción”.

Acompañamos a Alicia en esa búsqueda de palabras aunque, eso sí, no necesitamos meternos en el tintero. Vamos a buscarlas, acompañados de dos amigos que conocemos bien: el diccionario y el ordenador. A lo mejor, Alicia sí usaba un diccionario. Pero el ordenador es una ventaja grande, que no tuvo la pobre Alicia, porque en los años en que escribió este texto Gianni Rodari no existían los ordenadores. Ni en la escuela ni en casa.

Vamos a ver si ayudamos a Alicia a encontrar palabras. Sólo tienes que buscar en esta dirección y verás todo lo que encontramos en el diccionario de la RAE, cuando buscamos la palabra luz:

Quizá haya palabras que no entiendes bien. Pero es lo que pasa cuando investigamos. Tenemos que seguir y, cuando lo conseguimos, descubrimos ese mundo que quería encontrar Alicia. Pero sin el terrible líquido negro del tintero.

Entre las palabras que encontró Alicia Paf en el tintero están:

1-Frágil

2-Zumbona

3-Desastre

4-Grave

5-Choque

6-Terremoto

7-Chaparrón

8-Suspenso

9-Espina

10-Barullo

Ahora proponemos un juego al que era muy aficionada Alicia Paf. Consiste en unir las palabras que encuentra con lo que significan.

a) Que se puede romper muy fácilmente.

b) Que siempre se está burlando

c) La nota en un examen

d) Seria

e) Golpe de una cosa con otra

f) Desorden, confusión.

g) Lluvia fuerte que dura poco.

h) Astilla o cosa que pincha.

i) Movimiento del terreno.

j) Desgracia muy grande

La solución es: 1-a    2-b    3-j     4-d    5-e    6-i     7-g    8-c    9-h    10-f

Cuentame

Hoy nos fijaremos en el título del texto: Los traspiés de Alicia Paf.  Son cosas que nos pasan a todas y a todos muchas veces. Las dos palabras Traspié y Paf permiten una comunicación divertida, pensando y expresando las propias vivencias. ¿Cuántas veces hemos tenido un traspié, un resbalón sobre algo que hemos dicho o que hemos hecho? ¿Te acuerdas la última vez que «metiste la pata», que tuviste un traspié? ¿Era algo muy importante o no pasó nada? ¿Cómo fue? ¿Conoces a alguien que sea, para ti, un «metepatas» o una «metepatas»?

Cuéntalo a ver si nos reímos con lo que cuentes. Ya sabes que la risa es algo buenísimo para la salud. Ya sabes que cuando tenemos mucha pena por algo, lloramos. Pero también lloramos de risa. Ojalá que lo consigas muchas veces.

Paf es una onomatopeya (una imitación de un sonido de la realidad) que utilizamos muchas veces, para expresar el ruido que hace alguien o algo al caer o chocar contra algún objeto. Podemos recordar unas cuantas de esas veces. El nombre del personaje de Rodari nos permite estos y otros juegos. Siempre basados en la palabra y todo lo que ellas permiten.

Autor

Gianni Rodari

Nació en 1920, en Omegna (Italia) y falleció en Roma, en 1981. Su padre era panadero y murió cuando Gianni tenía 9 años. De pequeño soñaba con ser músico y recibió clases de violín. Rodari fue maestro de escuela, periodista y divulgador de la nueva pedagogía en Italia. Muy curioso intelectualmente. Mientras trabajaba de periodista comenzó a escribir libros para niños.  En 1953 se casa con Mª Teresa Feretti y cuatro años más tarde nacerá su hija Paola. Muchas de sus creaciones fueron difundidas inicialmente en páginas de periódicos y suplementos infantiles. Posteriormente se publicaron en forma de libros. Escribió más de veinte libros en los que combinaba magistralmente el humor, la imaginación y la desbordante fantasía con una visión crítica, no exenta de ironía, del mundo.  Le gustaba viajar e ir a los colegios, charlar con los niños y contestar a sus preguntas. Sus amigos decían que era amable y generoso, algo tímido. En 1970 se le concedió, por el conjunto de su obra, el Premio Hans Christian Andersen.

Nuestro observatorio

En la siguiente página se puede ampliar biografía, oír y ver testimonios sobre Gianni Rodari, además de ver al autor  en una clase con niños

Bibliografía 

Ofrecemos, a continuación, una selección de libros de Gianni Rodari, agrupados por edades, tomada del Canal Lector.

El jardín. Arnold Lobel. Ed. Alfaguara

4 Abr

Sapo estaba trabajando en su jardín. Sepo pasó por allí.
-¡Qué jardín tan bonito tienes, Sapo! –dijo.
-Sí –contestó Sapo-. Es muy bonito, pero da mucho trabajo.
-Me gustaría tener un jardín –dijo Sepo.
-Toma, aquí tienes unas semillas –dijo Sapo-. Siémbralas en la tierra, y enseguida tendrás un jardín con flores.
-¿Cuándo es enseguida? –preguntó Sepo.
-Muy pronto –le contestó Sapo.
Sepo se fue deprisa a su casa. Sembró las semillas.
-Ahora, semillas –dijo sepo-, ya podéis empezar a crecer.
Paseó de un lado a otro varias veces.    Las semillas no crecían.    Sepo se agachó, puso su cabeza cerca de la tierra y gritó bien fuerte:
-¡Semillas, empezad a crecer!
Sepo volvió a mirar la tierra. Las semillas no crecían.    Sepo pegó la cabeza a la tierra y gritó con todas sus fuerzas:
-¿Eh, semillas, que os he dicho que empecéis a crecer!
Sapo se acercó corriendo por el camino.
-¿Por qué gritas tanto?- preguntó.
-Las semillas no crecen –explicó Sepo.
-Gritas demasiado –dijo Sapo-. Esas pobres semillas están asustadas y les da miedo crecer.
-¿A mis semillas les da miedo crecer? –preguntó Sepo.
-Pues claro que sí –dijo Sapo-. Déjalas tranquilas durante unos pocos días. Espera a que les dé el sol y a que les caiga la lluvia y enseguida tus semillas empezarán a crecer.
Aquella noche, Sepo miró por la ventana.
-¡Qué rabia! –dijo Sepo-. Mis semillas no han empezado a crecer todavía. Seguramente les da miedo la oscuridad.
Sepo salió al jardín con algunas velas.
-Les leeré un cuento a las semillas –dijo Sepo-. Así no tendrán miedo.
Sepo les leyó a sus semillas un cuento bastante largo.    Durante todo el día siguiente Sepo les cantó canciones a sus semillas.
Y durante el otro día después del siguiente, Sepo leyó poesías a sus semillas.    Y durante el día que siguió al otro después del siguiente, Sepo estuvo tocando música para sus semillas.    Sepo miró la tierra. Las semillas no habían empezado a crecer todavía.
-¿Qué más puedo hacer? –se preguntó Sepo-. ¡Estas deben ser las semillas más miedosas del mundo entero!
Y entonces, Sepo se sintió cansadísimo y se quedó dormido.
-¡Sepo, Sepo, despierta! –le llamó Sapo-. ¡Mira tu jardín!
De la tierra brotaban plantitas verdes.
-¡Por fin mis semillas han perdido el miedo a crecer! –exclamó Sepo.
-Ahora tú también tendrás un jardín bonito –dijo Sapo.
-Sí –dijo Sepo-, pero tú tenías razón, Sapo. Un jardín da muchísimo trabajo.

Arnold Lobel. Sapo y Sepo inseparables.  Ed. Alfaguara.
RECURSOS

Propuestas para mediadoras y para mediadores.

Texto

Sapo y Sepo, Inseparables

Resumen del libro:
Sapo y Sepo son dos sapos amigos e inseparables, no saben vivir el uno sin el otro. Los dos salen juntos de paseo, cuidan el jardín, se reparten unas riquísimas galletas…Más información

Palabra magica

Valoraremos, en cada uno de los textos seleccionados, esa palabra esencial, que nos permitirá un aprovechamiento de diferentes aspectos en lugares como, por ejemplo, el aula, la biblioteca, el hogar, etc.
Ni que decir tiene que no son sólo para el lugar educativo, sino que permiten el desarrollo esencial de la persona en múltiples facetas.
En este caso, nos posibilita acercarnos a nuestra lengua, a nuestro Medio Natural y. por supuesto, a la Inteligencia emocional y a las capacidades afectivas y emocionales.

La palabra mágica hoy es: Inseparables.
En la Naturaleza, existen algunos animales que son inseparables. De hecho, hasta se llaman así. No pueden vivir el uno sin el otro.
Pista al lector: Fijémonos bien en el nombre que hay en las imágenes que vamos a ver.

Todo ha empezado por un libro: Sapo y Sepo, inseparables. Nos hemos acercado a la palabra mágica: inseparables. ¿Y adónde nos lleva la palabra mágica? Seguimos pensando en más inseparables. Podemos recurrir a personajes como Astérix y Obelix, Heidi y Pedro, con el abuelo que estaba allí, en los Alpes, Bob esponja y Patricio, Dora exploradora y el mono Botas, Pocoyo y la elefantita Eli,  otros animales como gatos, perros, caballos…

Si te gustan los animales, te gustará cuidarlos, alimentarlos, protegerlos. ¿Cuál es tu animal preferido?
Ahora, elige un animal y ponle un nombre. El que más te guste.
A lo mejor, consigues tener uno y puede llegar hasta a vivir contigo. Pregunta antes en casa si eso sería posible. Antes de pensar en comprar un animal, no olvides que hay mucha, muchísima gente que trabaja para cuidarlos, protegerlos, alimentarlos…  Porque hay personas que los dejan, los abandonan y eso es algo que no debería hacerse nunca.
¿Y si ese posible animal se convirtiera en tu inseparable?

Cuentame.

Este apartado quiere dar un especial realce a la comunicación con los lectores y entre los lectores.
Sapo y Sepo, inseparables es un excelente libro para hablar, para charlar, para conversar. Hace honor al término de fundamental.
Entre las muchas preguntas que sugiere, se nos ocurren algunas como éstas:
¿Tienes tú amigas o amigos inseparables? ¿Cuándo estás con ellos? ¿Qué hacéis? ¿Qué es lo que más os gusta?
Sapo y Sepo son dos sapos. Pero hay más inseparables en la Naturaleza ¿Has visto a los agapornis? ¿Y qué son los agapornis?
Si hemos leído la pista que dábamos, sabremos que los agapornis son esos pájaros de colores tan bonitos, que se llaman inseparables.
Así que hemos conocido sapos inseparables y pájaros inseparables.
Y hemos visto lo cerca que está internet de la Lectura, de los libros, de la Literatura, de la Naturaleza.

Referencia

Tienen aquí www.elrefugio.org  la referencia de una página con informaciones de esta asociación protectora, dedicada al cuidado de los animales. (Conviene verla antes, para seleccionar las acciones y las actividades que se crean convenientes, caso de visitarla con niños).

Autor

Arnold Lobel

Nació en Los Ángeles, USA, en 1933. Sus padres se divorciaron cuando él tenía cinco años y vivió con su madre en casa de sus abuelos maternos, en Nueva York. Desde pequeño le gustaba dibujar e inventar historias. Siempre dijo que tuvo una infancia feliz. Cuando era joven tuvo que estar internado en un hospital. Estudió arte en el Pratt Institute, donde conoció a la que luego sería su mujer, Anita Kempler, que también fue ilustradora. Tuvieron dos hijos. Al principio de su carrera, Lobel dibujaba para otros autores, posteriormente, publicó libros donde él era el escritor e ilustrador. Por la serie de Sapo y Sepo recibió la  medalla Caldecott. Murió en Nueva York en 1987.

Nuestro observatorio

En las siguientes páginas se puede ampliar la biografía y consultar diferente material de documentación sobre Arnold Lobel: Wikipedia, Imaginaria, Revista Babar, Bienvenidos a la fiesta, editorial Alfaguara, editorial Corimbo.

Bibliografía

Muchos de sus libros se pueden ver en Canal Lector. Cada uno lleva un resumen, el comienzo del libro, imágenes y muchas otras cosas motivadoras.